Tres poemas inéditos del autor de Revólver Escorpión; Juan Romero Vinueza
las invasiones no sólo cambian las banderas
y los límites de los países
también son cárceles del lenguaje
la voz de una anciana
es igual a la de un epitafio inconcluso
la voz de mi pluma
se desvanece
escondida en una ciudad sin tiempo
tengo todas las voces del mundo
marcadas sobre las letras de mi nombre vacío
he aprendido a nombrarme / me he obligado a ser feliz
aún sin tener flores en casa
la voz que escuchas / lector /
no es más que un eco de gritos intraducibles
de trompetas que no cesan
de poemas que aún no han sido escritos
la voz que emito
es un animal hecho de escombros
en busca de una palabra de auxilio
el camino hacia la verdad
está enclaustrado bajo el yugo
de una voz
que desconoce el futuro
destruye el pasado
y desconfía del presente
Christophe Tarkos o la palabra que vuela
la palabra está viva en el aire
se crucifica a sí misma cuando es repetida por un locutor extraño
la reiteración de mi idioma lo hace bello
una palabra es una isla que se reconstruye luego de un sismo
camina solitaria por un mar que desconoce pero que la rodea todo el tiempo
mi palabra es tiempo
mi cabeza es fuerza y velocidad
transito sobre mis letras sin saber cuáles son
animo a mis manos a destruir el papel que cosifica
mi lenguaje
no existe el verdadero poeta / dios no es más que una palabra:
un sonido
es más importante
que una grafía
soy cambiante / soy palabra volátil
poema que se reescribe
en cada lectura
Francisco Umbral o la vanidad
una cosa es creer que se es
el escritor más pura raza de todos
otra / diferente / es serlo
no sé en qué parte del camino me perdí
lo que sí sé es que puedo seguir nombrándome
toda la vida / sean –o no– ciertos mis postulados
ver mi nombre atiborrando las tiendas no me hace un mejor humano-ciborg /
quizá sí me haga más feliz / quizá sí me haga poseer más dinero y mujeres
ojalá sí me dé algo de
sosiego barato
en todo caso / la cuestión está en procurar verle el lado amable ridículo al asunto
la más grande virtud que tiene el hombre (¿nombre?) sabio es burlarse de sí mismo
pero
vamos que no es tan malo ser vanidoso
al menos yo sí le gano la batalla al espejo
jaque mate
(o eso creo)
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