julio 08, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


Para todos nuestros seguidores compartimos una breve selección de poemas del escritor chileno Roberto Bolaño. Pasen parroquianos. Es gratis.

Devoción de Roberto Bolaño.

A finales de 1992 él estaba muy enfermo
y se había separado de su mujer.
Ésa era la puta verdad:
estaba solo y  jodido
y solía pensar que le quedaba poco tiempo.
Pero los sueños, ajenos a la enfermedad,
acudían cada noche
con una fidelidad que conseguía asombrarlo.
Los sueños que lo trasladaban a ese pais mágico
que él y nadie más llamaba México DF
y Lisa y la voz de Mario Santiago
leyendo un poema
y tantas otras cosas buenas y dignas
de los más encendidos elogios.
Enfermo y solo, él soñaba
y afrontaba los días que marchaban inexorables
hacia el fin de otro año.
Y de ello extraía un poco de fuerza y de valor.
Mexico, los pasos fosforescentes de la noche,
la música que sonaba en las esquinas
donde antaño se helaban las putas
en el corazón de hielo de la Colonia Guerrero)
proporcionaban el alimento que necesitaba
para apretar los dientes
Y no llorar de miedo.


Los años

Me parece verlo todavía, su rostro marcado a fuego
en el horizonte
Un muchacho hermoso y valiente
Un poeta latinoamericano
Un perdedor nada preocupado por el dinero
Un hijo de las clases medias
Un lector de Rimbaud y de Oquendo de Amat
Un lector de Cardenal y de Nicanor Parra
Un lector de Enrique Lihn
Un tipo que se enamora locamente
y que al cabo de dos años está solo
pero piensa que no puede ser
que es imposible no acabar reuniéndose
otra  vez con ella
Un vagabundo
Un pasaporte arrugado y manoseado y un sueño
que atraviesa puestos fronterizos
hundido en el légamo de su propia pesadilla
Un trabajador de temporada
Un santo selvático
Un poeta latínoamericano lejos de los poetas
latinoamericanos
Un tipo que folla y ama y vive aventuras agradables
y desagradables cada vez más lejos
del punto de partída
Un cuerpo azotado por el viento
Un cuento o una historia que casi todos han olvidado
Un tipo obstinado probablemente de sangre india
criolla y gallega
Una estatua que a veces sueña con volver a encontrar
el amor en una hora inesperada y terrible
Un lector de poesía
Un extranjero en Europa
Un hombre que pierde el pelo y los dientes
pero no el valor
Como si el valor valiera algo
Como si el valor fuera a devolverle
aquellos lejanos días de México
la juventud perdida y el amor
(Bueno, dijo, pongamos que acepto perder México y la
juventud
pero jamás el amor)
Un tipo con una extraña predisposición
a sobrevivir
Un poeta latinoamericano que al llegar la noche
se echa en su jergón y suena
Un sueño maravilloso
que atraviesa países y años
Un sueño maravilloso
que atraviesa enfermedades y ausencias.


Lisa

Cuando Lisa me dijo que había hecho el amor
con otro, en la vieja cabina telefónica de aquel
almacén de la Tepeyac, creí que el mundo
se acababa para mí. Un tipo alto y flaco y
con el pelo largo y una verga larga que no esperó
más de una cita para penetrarla hasta el fondo.
No es algo serio, dijo ella, pero es
la mejor manera de sacarte de mi vida.
Parménides García Saldaña tenía el pelo largo y hubiera
podido ser el amante de Lisa, pero algunos
años después supe que había muerto en una clínica
psiquiátrica
o que se había suicidado. Lisa ya no quería
acostarse más con perdedores. A veces sueño
con ella y la veo feliz y fría en un México
diseñado por Lovecraft. Escuchamos música
(Canned Heat, uno de los grupos preferidos
de Parménides García Saldańa) y luego hicimos
el amor tres veces. La primera se vino dentro de mi,
la segunda se vino en mi boca y la tercera, apenas un hilo
de agua, un corto hilo de pescar, entre mis pechos. Y todo
en dos horas, dijo Lisa. Las dos peores horas de mi vida,
dije desde el otro lado del teléfono.

                       
                       &
Te regalaré un abismo, dijo ella,
pero de tan sutil manera que sólo lo percibirás
cuando hayan pasado muchos años
y estés lejos de México y de mí.
Cuando más lo necesites lo descubrirás,
y ése no será
el final feliz,
pero sí un instante de vacío y de felicidad.
Y tal vez entonces te acuerdes de mí,
aunque no mucho.



CHANT of the ever circling skeletal family

Después de muchos años y hoteles y poemas y dolores
de cabeza, este hombre vuelve, por azar, a acostarse
con la mujer que ama: y las piernas de esta mujer
sin duda están maltratadas por las várices y algo rasposas
de tanto depilarse, y también su rostro, piensa él,
no es una flor en cuyos pétalos se sostengan
los cadáveres de tres abejas, sino un rostro blanco,
con pecas, común y corriente; y la mira dormir
y se da cuenta que todos los poemas que le escribió
son una santa huevada, pero le duelen tanto,
lo abren tanto, que no consigue hacer nada mejor
que aferrarse a ese tronco pálido, palpitante,
y ponerse a llorar, por él, por ella,
por todos los jóvenes que en esos años estaban
enamorados, pobrecitos.



Para Efraín Huerta

Quisiera escribir cosas divertidas para ti.
De catástrofes y pequeñas tristezas
estamos hasta el cuello. Nada de imágenes,
tal vez labios, pelos, y una niña que juega
con el maletín de un médico. No sé, Efraín,
qué paisajes decir ahora que estoy pensando
en ti. No sólo tu bondad me ayudó; también
esa suerte de honradez hierática, tu sencillez
al apoyarte en la ventana de tu departamento
para contemplar, en camiseta, el crepúsculo
mexicano, mientras a tus espaldas los poetas
bebían tequila y hablaban en voz baja.



La poesía chilena es un gas.

Nada que añadir. Buddy huele a pedo.
¿A quién coño le importará lo que escriba?

¿A quién le servirá de algo lo que yo escriba?
Sin contarme a mi, por otra parte arruinado por mi propia
escritura.
El fracaso. La miseria. La degeneración. La angustia.
El deterioro. La derrota. Dos artículos masculinos
y cuatro femeninos.

Yo soy un gas.



                       &
Los hombres duros no bailan
Una estructura de sombras en
el continente americano.

Dirigida por Norman Mailer

Los hombres duros no bailan
Los hombres duros llegan a pueblos limítrofes en horas
oscuras
Los hombres duros no tienen dinero, malgastan el dinero,
buscan un poco de dinero en habitaciones minúsculas
y húmedas
Los hombres duros no usan pijama
Los hombres duros tienen vergas grandes y duras que el
tiempo va cuarteando y emblandeciendo
Los hombres duros cogen sus vergas con una mano y
mean largamente sobre acantilados y desiertos
Los hombres duros viajan en trenes de carga por los
grandes espacios de Norteamérica
Los grandes espacios de las películas de serie B
Películas violentas en donde el alcalde es infame y el sheriff
es un hijo de puta y las cosas van de mal en peor
Hasta que aparece el hombre duro disparando a diestra y
siniestra
Pechos reventados por balas de grueso calibre se
proyectan
Hacia nosotros
Como hostias de redención definitiva
Los hombres duros hacen el amor con camareras
En habitaciones femeninas pobremente decoradas
Y se marchan antes de que amanezca
Los hombres duros viajan en transportes miserables por los
grandes espacios de Latinoamérica
Los hombres duros comparten el paisaje del viaie y La
melancolía del viaje con cerdos y gallinas
Atrás quedan bosques, llanuras, montañas como dientes
de tiburón, ríos sin nombre, esfuerzos vanos
Los hombres duros recogen las migajas de la memoria
una queja
Hemos comido, dicen, hemos culeado, nos hemos
drogado, hemos conversado hasta el amanecer con
amigos de verdad
¿Qué más podemos pedir?
Los hombres duros dejan a sus hijos desperdigados por los
grandes espacios de Norteamérica y Latinoamérica
Antes de enfrentarse con la muerte
Antes de recibir con el rostro vaciado de esperanzas la
visita de la Flaca, de la Calaca
Antes de recibir con el rostro arrugado por la indiferencia
la visita de la Madrina, de la Soberana
De la Pingüina, de la Peluda, de la Más Fea del Baile
De la Más Fea y la Más Señalada del Baile.




El regreso de Roberto Bolaño

                  1
Volví con las putas de Chile y no hubo burdel
donde no fuera recibido como un hijo
como el hermano que regresa entre brumas
y escuché una música deliciosa
una música de guitarra y piano y tumbadoras
buena para bailar
buena para dejarse ir
y rebotar de mesa en mesa
de pareja en pareja
saludando a los presentes
para todos una sonrisa
para todos una palabra
de reconocimiento


                  2

Volví pálido como la luna
sin demasiado entusiasmo
a los burdeles de mi patria
y las putas me sonrieron
con una calidez inesperada
y una que probablemente no tenía
30 años
aunque aparentaba 50
me sacó a bailar
una samba o un tango
juro que no lo recuerdo
en medio de la pista iluminada
por la luna y las estrellas.

             3
Volví ya pacificado
más bien enfermo
flaco y sin dinero
y sin planes para conseguirlo
sin amigos
sin una triste pistola
que me ayudara a abrir
algunas puertas
y cuando todo parecía llevarme
al lógico desastre final
aparecieron las putas y los burdeles
las canciones que bailaban
los viejos macrós
y todo volvió a brillar.




El padre cobarde

Antes de morirme me será dado recordar el árbol
de mi estirpe: un abuelo valiente
y un padre cariñoso y cobarde.
Yo, que viví como hombre entre hombres
ahora me sumerjo por un instante
en la corriente
de las imágenes.
Y así puedo ver otra vez, o tal vez por vez primera,
los caballos y las peleas, los trenes y los rostros
de las mujeres que amé.
Libros leídos, libros escritos, los amigos,
la fama.
Puedo ver el dolor de los años que viví en esta tierra
y la cuota de sufrimiento que causé
y que me pertenece.
El árbol de mi estirpe y de la implacable ley
Pero sé que la última imagen que verán mis ojos
no será la de una mujer ni tampoco la de un valiente
(conocí a muchos y sin duda yo también lo fui)
Sino el rostro de mi padre en los años en que yo tenía seis
inclinándose sobre mi rostro huraño:
cuán atento, con cuánto amor,
y dándome un beso.




Esa niña

Esa niña que tan cruelmente agoniza entre muñecas y
cortinas
y aroma de flores en el piso humillado

Esa niña de pelo mojado en transpiración y orejas
profundas como jardines quemados de la segunda guerra
Esa niña que rima débilmente palabras absurdas

con las pupilas fijas en los pliegues de la cama demasiado
grande
es la vida, compañeros,

que lánguidamente nos da la espalda

Como no queriendo despedirse.




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Ledo Ivo embiste

junio 23, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


Presentamos una breve selección de poemas del enorme escritor  brasileño Ledo Ivo.
Disfrútenlo.


LOS POBRES EN LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES

Los pobres viajan. En la estación de autobuses
ellos  estiran el cuello como gansos para buscar los letreros del ómnibus. Y sus miradas
son las de quien teme perder alguna cosa:
la maleta que guarda una radio a pilas y una chaqueta
que tiene el color del frío un día sin sueños,
el bocadillo de mortadela en el fondo de la bolsa
y el polvoriento sol de suburbio más allá de los viaductos.
Entre el rumor de los altavoces y el jadeo de los autobuses
ellos temen perder su viaje, oculto en la niebla de los horarios.
Los que dormitan en los bancos despiertan asustados,
aunque las pesadillas sean un privilegio
de los que abastecen los oídos y el tedio de los psicoanalistas
en consultorios asépticos como el algodón que tapona la nariz
de los muertos.
En la cola los pobres adoptan un aire grave,
mezcla de temor, impaciencia y sumisión.
¡Qué grotescos son los pobres!
¡Y cómo nos incomoda su olor incluso de lejos!
Tampoco tienen noción de los modales ni saben comportarse
en público.
Con el dedo manchado de nicotina se restriegan el ojo irritado
que apenas retuvo del sueño una legaña.
Del seno caído e hinchado se escurre un hilo de leche
hacia la pequeña boca acostumbrada al llanto.
En el andén van o vienen, saltan y  amarran maletas y paquetes,
hacen preguntas  inoportunas en las ventanillas, susurran
palabras misteriosas
contemplan las portadas de las revistas con el aire
sorprendido
de quien ignora el camino hacia el salón de la vida.
¿Por qué ese ir y venir? ¿Y esas ropas estrafalarias,
esos amarillos de aceite de palma que hacen daño a la delicada
vista
del viajero obligado a soportar tantos hedores incómodos,
y esos agresivos rojos de feria y parque de atracciones?
Los pobres no saben viajar ni saben vestirse.
Tampoco saben vivir: no tienen noción del confort
aunque algunos hasta tengan televisión.
En verdad, los pobres no saben ni morir.
(Tienen casi siempre una muerte fea y poco elegante.)
Y en cualquier parte del mundo ellos resultan incómodos,
Viajeros inoportunos que ocupan nuestros asientos
incluso cuando estamos sentados y ellos viajan de pie.


EL BOMBERO

Los vespertinos de hoy divulgan con rapidez la muerte del bombero João Cristóvão da Silva
acontecida durante el violento incendio de ayer.
Nunca más volveremos a verlo en su coche rojo
junto a las escaleras que subían hacia el cielo y hacia el fuego.

En Méier, alguien llorará al compañero muerto.

El luchaba contra el fuego. Y amaba el peligro.
Salvó niños, y una fotografía lo sorprendió sobre un tejado que
se desplomaba.

Era el marinero del fuego.

En Méier, quedará la compañera
que João Cristóvão da Silva acariciaba con sus manos todavía
calientes
de los innumerables incendios sofocados,
un tenedor retorcido sobre el silencio
y los periódicos donde se habla
de aquel a quien la muerte robó al anonimato ardiente de lo
mágico.

João Cristóvão da Silva, la única víctima del impresionante
incendio de ayer,
evitó que las rosas fuesen devueltas por el fuego a su presencia
en lo increado, trabajaba imparcialmente, salvando al mismo tiempo el
piano y la fruta, los archivos jurídicos y las mecedoras.
Purificado por el fuego y citado en el orden del día,
hoy él es tan solo una sustancia mineral.

De ahora en adelante, cuando haya incendios,
en el coche rojo de bomberos habrá un asiento vacío.

En memoria de ese profesional del fuego ayer desaparecido,
en una iglesia de Méier alguien se arrodillará
y le pedirá a Dios que libre al bombero
del otro fuego.


CAVALO MORTO

En Cavalo Morto las muchachas acostumbran a salir de paseo con los soldados. Y luego a quererse. Sucede entonces algo inverosímil: después de hacer el amor, bordan en las nubes, con un alfabeto azul y blanco, el nombre de los enamorados: José,
Antônio, Manuel, João.
Las muchachas vuelven más jóvenes de esos amores entre la
maleza. Regresan intrépidas, excitadas por el filtro de la luna.
Y para ellas no hay ya exigencias, cobardías, acontecimientos.
Sólo existen los soldados del batallón.
En agosto, enero, igual en septiembre, las muchachas aman en
Cavalo Morto. Pasan abrazadas a sus enamorados y dejan en la arena del camino algo como un rastro de espuma o velo. Los
soldados no saben hacer sonetos, ipero cómo aman!
De noche, Cavalo Morto nunca está despoblado. Y si pasas un día por allí y oyes voces, risas y gemidos de amor, no te asustes por miedo a los fantasmas. Son las muchachas amándose con los soldados en Cavalo Morto.


VALS FÚNEBRE DE HERMENGARDA

Aquí estoy, junto a tu sepultura, Hermengarda,
para llorar tu pobre y pura carne que ninguno de nosotros vio
pudrirse.
Otros vendrán lúcidos y enlutados,
pero yo vengo bebido, Hermengarda, yo vengo borracho.
Y si mañana encontráramos la cruz de tu fosa tirada en el suelo,
no fue la noche, Hermengarda, ni tampoco fue el viento.
Fui yo.

Quise amparar mi embriaguez bajo tu cruz
y rodé hacia la tierra donde reposas
triste, aunque cubierta de  flores.

Aquí estoy, junto a tu tumba, Hermengarda,
para llorar nuestro amor de siempre.
No es la noche, Hermengarda, no es el viento.
Soy yo.


LAS PALABRAS DESTERRADAS.

Los poetas son sepultureros que entierran palabras
y se contentan con algunas migajas del diccionario.
Criaturas frugales, no admiten que las palabras brillen como
luces de navíos
contempladas desde la playa blanca de la página,
desde la playa trivial de la vida.
Les exigen que sean sumisas como las fieras domadas de un
circo
o que lleven por traje el hábito de los franciscanos.
Pero en la noche helada que las constelaciones arrastra
las palabras desterradas se levantan de sus tumbas
y, en el espacio reservado a las fulguraciones perpetuas,
Componen el gran poema del universo.


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junio 23, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


CARLOS OLIVA / El último poeta maldito.

Por Roger Santiváñez

ALTO, DELGADO, CON OJOS CASI AMARILLOS COMO TIGRES, inquieto en ru rock and roll el poeta Carlos Oliva se me presentó una tarde en la puerta del bar Queirolo en Amargura. & me obsequió un ejemplar de la revista que publicaba denominada "Ínsulas Urbanas".

Por esa época -comienzos de los 90s- había fundado el grupo NEÓN junto a otros jóvenes de lo que ha dado en llamarse la Generación del 90.

"Pacho" -como era llamado en el rico Rimac -su barrio- formó parte de la célula rock que -en cierto modo- lideraba el lengendario Edgar Barraza "Kilowatt" desde los albores de lo que sería el Rock Subterráneo del Perú.

Durante mi temporada en el infierno, cuando yo entraba al huarique del pastel para comprar, Carlos Oliva se adelantaba a recibirme & gritaba: "Nadie toca al poeta / al que toca al poeta lo mato / le saco la csm". Asi yo sorteaba el peligro de esa esquina & antes de abandonar el sitio me fumaba una tola con Oliva & nos despediamos. Mantuve una hermosa amistad con el poeta, quien ya se había ido a vivir al hueco.

De día trabajaba como llenador de combis en el populoso mercado de frutas en el Puente del Ejercito, asi fue como un día de enero de 1994, una combi se le escapaba sin pagarle & Oliva corrió tras ella, enredandosele la casaca en el espejo retrovisor. Magullado cayó a la pista e innumerables carros pasaron sobre su cuerpo herido.

Tras su muerte, su libro "Lima o el largo camino de la desesperación" salió con el sello de la Escuela de Arte Hispano-latinoamerican,al cuidado de Paolo de Lima & Miguel Lescano Tena.

El día de tomorrow el taller La Balanza inicia el volumen 3 de su ciclo Poesía Peruana Contemporánea sobre la generación del 90, de la cual Carlos Oliva es un señero representante: He allí la razón de este post en su memoria & homenaje. Siempre en poesía.

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junio 20, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


Para todos los seguidores de Bartleby compartimos una breve selección poética de Wislawa Szymborska.


ENCUENTRO INESPERADO

Somos sumamente corteses el uno con el otro,
decimos: qué agradable encontrarnos después de tantos años.

Nuestros tigres beben leche,
nuestros halcones van a pie.
Nuestros tiburones se ahogan en el agua.
Nuestros lobos bostezan frente a jaulas abiertas.
Nuestras víboras se quedaron sin relámpagos,
los monos sin inspiración, y los pavos reales sin plumas.
Los murciélagos renunciaron a nuestros cabellos tiempo ha.

Sucumbimos al silencio sin acabar la frase,
Sonreimos, sin recursos.
Nuestros humanos
no saben qué decirse.



EL ÁLBUM

Nadie en mi tamilia murió de amor.
Romances sí hubo, no cosa seria.
¿Tísicos Romeos?
¿Julietas con difteria?
No. Alcanzaron la vejez en flor
¡Ni uno murió de cartas sin respuesta,
con letra por las lágrimas borrosa!
Llegaban vecinos, traje de fiesta,
con anteojos, levita y una rosa.
Nadie se asfixió dentro de un armario
por huir de maridos de sus amantes.
Faralaes, mantillas ni volantes
echaron a nadie de la foto por falsario.
¡Cuán lejos sus almas del infierno del Bosco!
Sus pistolas no defendían amores furtivos.
(Morían a balazos, mas por otros motivos,
en el trente, en un catre bien tosco.)
Ni la bella, la del moño vistoso,
Con ojeras como de bacanal,
partió a vela en pos de un joven fogoso
por el mar de su hemorragia cerebral.
Antes del daguerrotipo quizás hubo amor de veras,
pero no en las fotos de mi familia.
Los días tenían tempo de vigilia
y ellos morían de gripe o de paperas.



ALABANZA DE LOS SUEÑOS

En sueños
pinto como Vermeer van Delft.

Hablo griego con fluidez
y no sólo con los vivos.

Conduzco un coche
que me obedece.

Poseo talento
y escribo grandes poemas.

Oigo voces
no peor que los venerables santos.

Mis dotes pianísticas
os dejarian boquiabiertos.

Revoloteo como es debido,
es decir, por propio impulso.

Me precipito desde el tejado
y sé caer, suave, en el verdor.

No tengo problemas
para respirar bajo el agua.

No puedo quejarme:
he descubierto la Atlántida.

Por suerte sé despertar siempre
antes de morir.

En cuanto una guerra estalla
me vuelvo del otro lado.

Soy hija de mi época
pero no por obligación.

Hace un par de años
vi dos soles.

Y, anteayer, un pingüino.
Con meridiana claridad.



VISTO DESDE LO ALTO

En  un sendero yace un escarabajo muerto.
Tres pares de patas cruzadas sobre el vientre con esmero.
En lugar del caos de la muerte, pulcritud y orden.
El horror de esta imagen resulta moderado,
su alcance es sólo local: de la grama a la menta.
La tristeza no se contagia.
El cielo es azur.

Para nuestra tranquilidad, los animales no mueren:
revientan de una muerte digamos menos honda,
perdiendo-queremos creer- menos sentir y menos mundo,
abandonando-creemos- un escenario menos trágico.
Sus mansas ánimas no nos espantan de noche,
respetan las distancias,
se mantienen a raya.

Y helo aquí: en un estado indeporable
el escarabajo muerto en el sendero resplandece bajo el sol.
LIempo de una mirada basta para pensar en él:
no le ha ocurrido nada importante, parece.
Lo importante, dicen, es lo que nos atañe a nosotros.
La vida, pero sólo nuestra, o la muerte, pero también sólo nuestra,
una muerte que así goza de su obligada primacía.


ALABANZA DE LA MALA OPINIÓN DE SÍ MISMO.

El águila ratonera no suele reprocharse nada.
Carece de escrúpulos la pantera negra.
Las pirañas no dudan de la honradez de sus actos.
Y el crótalo a la autoaprobación constante se entrega.

El chacal autocrítico está aún por nacer.
La langosta, el caimán, la triquina y el tábano
Viven satistechos de ser como son.

Cien kilos pesa el corazón de la orca,
pero es, en lo esencial,
como una pluma liviano.

En el tercer planeta del sol,
la conciencia limpia y tranquila
es síntoma primordial de animalidad.


UN GATO EN UN PISO VACÍO

Morir -eso, a un gato, no se le hace.
Porque, qué puede hacer un gato
en un piso vacío?
Subirse por las paredes.
Restregarse contra los muebles.
Nada aquí ha cambiado,
pero nada es como antes.
Nada ha cambiado de sitio,
pero nada está en su sitio.
Y la luz sigue apagada al anochecer.

Se oyen pasos en la escalera,
pero no los esperados.
Una mano deja pescado en el plato
y no es, tampoco, la de antes.

Algo no empieza
a la hora de siempre.
Algo no sucede
según lo establecido.
Alguien estaba aqui, estaba siempre,
y de repente desapareció
y se empeña en no estar.

Se ha buscado ya en los armarios,
se han recorrido los estantes.
Se ha comprobado bajo la alfombra.
Incluso se ha roto la veda
de esparcir papeles.
¿Qué más se puede hacer?
Dormir y esperar.

iAy, cuando él regrese,
ay, cuando aparezca!
Se enterará de que ésas no son maneras
de tratar a un gato.
Como quien no quiere la cosa,
habrá que acercársele,
despacito,
sobre unas patitas muy muy ofendidas.
Y, de entrada, nada de brincos ni maullidos.


NADA ES REGALO

Nada es regalo, todo es préstamo.
Estoy de deudas hasta el cuello.
Con mí misma deberé pagar
por mi misma,
dar la vida por mi vida.

Es lo establecido:
el corazón se devuelve,
el hígado se devuelve,
y los dedos, uno a uno.

Demasiado tarde para rescindir el contrato.
Ejecutarán mis deudas
y mi cuerpo.

Camino por el mundo
entre una multitud de deudores.
Unos están obligados
a pagar por sus alas.
Otros, quieran o no,
saldarán sus hojas.

En la página «Debe»
figuran nuestros tejidos.

Ni una pestaña, ni un tallo
se conservan para siempre.

El registro es exacto
y todo parece indicar
que nos quedaremos sin nada.

No consigo recordar dónde,
cómo ni por qué
me dejé abrir
esta cuenta.

La protesta
se llama alma.
Y es lo único
que no consta  en el registro.


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junio 13, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


Para todos los seguidores de Bartleby comparto seis poemas escritos a la memoria de Luis Hernández Camarero que falleció trágicamente en Santos Lugares, Argentina, el año 1977.
Incluye una carta que el poeta le escribió a su novia Betty Adler desde su reclusión en  aquella ciudad.
SG.


IN MEMORIAM lucho Hernández

Me acuerdo de lucho Hernández a la puerta de su casa .
Con su aire de ángel maldito o cordero condenado .
Quería trasponer las puertas del aire ( es imposible !)
Pero entró por una tronera con un envite de tren ,
al interior de los espejos
Como sebas , Fernando o Javier ( que rompió la luna ) .
Acercarse a él era muy fácil
Alejarse , muy difícil .
( Yo le devolví tus cuadernos a tu Madre ..)

En tu instantáneo reposo ya te perdonaste
Tal como el sol a las piedras
les perdona su luz mate !
Tu soledad relumbra en Buenos Aires

Francisco Bendezú.


SOLO UN VERANO ME OTORGAIS PODEROSAS
(I. M. Lucho Hernández)

Y LLECADO el momento el tiempo se abrirá como el Mar Rojo
bajo el sol de nuestros padres o la luz de una sala de emergencia.
(Ni el verano de Hölderlin me otorgáis oh Parcas poderosas.)
Ya no esos camarones con almendras. Ya no son fastas las mañanitas o
nefastas.
Ya sólo una pradera inacabable donde pasta el potrillo y nos ama el Señor.
Perdóname Señor. Me aterra esa pradera inacabable. Sigo a la vida
como el zorro silente tras los rastros de un topo a medianoche.



DEUX CHANSONS D' AMOUR (LUCHO HERNANDEZ)

a)
CUAND0 en el Grunewald
del lago tú
los setos
cada vez
el aire de lavanda
se diría
bello igual
al ópalo del agua
pradera prodigiosa
que jamás

b)

Eres tonta
Como una araña
torpe
para tu edad
y peso
amada mía

Antonio Cisneros.


EN EL TIEMPO

In memoriam Luis Hernández

No lo conoci.
Sé que destruyó sus músculos
sus jardines.
Tuvo la soledad de un ciclista.
La risa como un manantial.

Tal vez su único odio
fuera su bondad. No lo sabemos.
(Ellos dijeron que estaba enfermo)
Durmió solo en su hotel.

En su paz partió de una esquina
al encuentro de un disfraz
para ser acaso el mar suave, el gentío
o el finísimo desierto.



LUIS  HERNÁNDEZ Ludik

El mar de agua dulce
es como la playa inexistente
allí donde no existe el roche

no llores no es por llorar
es el agüita simple del mar
pensé que quizá nuestro corazón
se había olvidado.

Roger Santiváñez.




A LUIS HERNÁNDEZ

La orilla de tu voz
lame la arena ausente de mi alma;
el mar que ruge descuelga peces atormentados
mientras en otra orilla espero
distante
esa, tu voz,
tu luz apagada.

Alessandro Caviglia.


CARTA

Querida Betty:

Che piba:

Qué puedo decirte, fuera de que te

espero con todo mi Amor, que es algo

que este espanto en el que vivo no

puede destruir ni aminorar. Por el

contrario, cada día con los recuerdos,

crece más mi cariño, mi sentimiento, mi

unión.

Escríbeme a diario, si es lo que deseas.

Yo solo vivo por saber que algún día

he de volver. Y entonces podré sonreír

nuevamente, como si nada hubiera pasado.

Ahora oigo tus preludios de Chopin. Y

creo estar en [la calle] Octavio Espinoza.

Y deseo que este ensueño no concluya nunca.

Adiós. Te mando un geranio, el Kyrie de Puccini,

la casa Rosada, todo mi ser y un patito.

Luis Guillermo.








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Aguardiente, forever.

junio 07, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


Aguardiente, forever y Cantar de Hildebrando, constituyen los restos de un  grandioso naufragio: algunos sueños, astillas, quebrantos y alabanzas que las olas del tiempo arrojan, quién sabe si con placer insospechado, a las playas de un corazón amigo, o al olvido.
Aquí están, pues, mis poemas: los entrego, sin piedad, para que florezcan sobre la tierra dura que nos ha tocado transformar o se los lleve el viento (si acaso nada dicen).

Hildebrando Pérez Grande.



Poemas.

Me preguntas si la muchacha que figura en la postal que compramos esta tarde, haría el amor
con la misma soltura con que tú incendias la casa que a veces habitamos.
Me preguntas si su amante (anónimo puma que los ríos en vano trataron de incinerar su vena hambrienta),
mientras la lluvia atemperaba sus latidos, le diría al oido
el aguardiente de júbilo y saliva que entrecortadamente hoy repito.
Tendido sobre una bayeta claveteada de colores por los artesanos
de San Pedro de Cajas, se me ocurre pensar que mañana,
cuando el sol
oscurezca el tocuyo amarillo de los potros confundidos, la
muchacha
que figura en la postal que compramos esta tarde, intrigada
por un repentino entrechocar de nubes somnolientas,
preguntará
a su amante (aún no identificado por los agentes de Seguridad del Estado) si aquel lejano azabache suyo
-que lo miró fijamente en la oficina de correos esta tarde-
haría el amor con el mismo metal con que él lo hizo apenas
hace un instante, la víspera en que desde una nave nunca antes vista se escuchara gritar desatoradamente tierra,
tierra, tierra.


4

Muchacha de las retamas,
rocío de la mañana.
Muchacha de luz serrana,
vasija de fuego y agua.

La gracia de tu mirada
muchacha cordillerana,
vuela como una campana
muchacha de las retamas.

Muchacha de porcelana,
flor encendida en el cielo.
Muchacha de las retamas,
luna de almendray olvido.



Cantar de Hildebrando

La luz de todo lo perdido nos envuelve
con el leve jazmín
de la nostalgia. Sobre la dura corteza
de los años, buscamos
un amor, una palabra
amiga, la huella de los compañeros.
La luz de todo lo perdido nos envuelve
con su dulce brebaje
de amargura. Bajo el húmedo polen
de los sueños, en el frente
del amor hay más reveses que vIctorias.
(No siempre la plenitud es nuestra sombra).
La luz de todo lo perdido nos envuelve
con la bruma postrera
de estos tiempos. Y marchamos
a la intemperie, cara al sol, sorteando
halagos, emboscadas, amarillentas
ilusiones que oscurecen el camino.
La luz de todo lo vivido nos envuelve
como ahora y en forma Victoriosa
la invicta bandera de los pobres.



Banderas / Mariposas/ Nomeolvides

Un día despertarás, muchacha, a la sombra
de un eucalipto alto y transparente.
Y ya no querrás.
Y ya no querrás volver.
Y ya no querrás volver a tu casa.
Y ya no querrás volver a tu casa porque tu casa será este
cuerpo
fraguado en pequeñísimas batallas.

En la incógnita dulce nos reuniremos
no sólo escucho el armonioso zurear de las palomas:
atravesando banderas  mariposas nomeolvides
desalientos  consignas  y días por venir
llegan puntuales, como siempre, tus besos, tus espigas.

Un día despertarás, muchacha, a la sombra
de un eucalipto alto y transparente.
Y ya no serás.
Y ya no serás un sueño.
Y ya no serás un sueño o un deseo.
un sueño o un deseo sino la suave, ardiente piel que la ceniza impaciente de mis manos adivina.


6

A ratos un vidrio envenenado
ceniza
la naranja silvestre de tus labios.
A ratos
eres una estatua de yodo y de granizo.
A ratos
tu silencio es una bomba lacrimógena.
A ratos
rechazas mi vieja botella de vino.
A ratos
alabas mi dura carne de caballo.
A ratos
me arrojas tu vaso de leche en la cara.
A ratos
me amas. A ratos me odias. Siempre
a ratos.




Mariposas

De todas las muchachas que acamparon
En mi vida, tú fuiste la reina del filin.
Qué gracla, que galope, qué frenesí de relámpagos
Y hierba santa bajo aquel cielo serrano! Un puñado
De mariposas insaciables coronaba
La frente de tu fresa silvestre. De todas las muchachas
Que incendiaron la vieja torre
De mi vida, tú fuiste la reina del filin.

Flor de muchacha, decían mis vecinos.
Flor de un día, flor de loto, flor de cementerio.


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junio 07, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

 UN PAR DE VECES ME TOCÓ VER AL GRAN POETA LUIS HERNÁNDEZ.

Por Roger Santiváñez

La primera ocurrió en 1976 cuando el poeta Nicolas Yerovi -amigo mio- presentó su libro "Penetrándote" en el salón de actos del INC. Acudí con mi compañera de entonces la poeta Dalmacia Ruiz-Rosas.

Quien me lo presentó fue el poeta Luis La Hoz, amigo mío de entonces & con quien yo publicaba la revista "Auki" & de quien yo había conocido mucho de la leyenda del gran Lucho Hernández.

Hernández estaba vestido de una manera bastante llamativa: pantalón, camisa & saco de distintos colores lo que se completaba con su hirsuta & revuelta & ensortijada cabellera roja que volaba por los aires. Una sonrisa permanente en el rostro & un movimiento rítmico que llevaba con el cuello como si estuviera bailando rock.A su lado estaba Betty Adler, enfundada en altas botas & poseía también una frondosa cabellera de rulos casi rubios."Te presento a mi frazadita" me dice Hernandez tras darme la mano.

& desapareció en el tumulto de la gente allí reunida después de terminada la ceremonia de presentación del libro de Nico Yerovi. Yerovi -a la sazón- estaba en plena recopilación de la obra dispersa de Hernández en los famosos cuadernos ológrafos que regalaba a sus amigos e incluso a los policias de la esquina.

La segunda & última vez que lo ví fue también en salón de actos del INC. En esa época había un ciclo de Poesía Peruana Contemporanea & allí se presentó una noche Luis Hernández. Su presentador fue Jorge Salazar. Allí si estaba de punta en blanco totalmente vestido. & esa lectura fue una de las cosas mas maravillosas que me han ocurrido en toda mi vida.

Hernández derrochó gracia, talento, ingenio, humor & gran poesía que nos elevó a todos a la décima esfera de los cielos concéntricos (como dice Borges). Salimos flotando en las nubes, tocados por el genio entrañable de ese extraordinario ser humano tan especial que era el máximo poeta Luis Hernández. Poco después viajó a la Argentina donde falleció tragicamente en 1977.

Este post va dedicado a mi querida & admirada sobrina la actriz Eliana Vigil Icochea con quien ayer tuve una conversa bacan sobre el capo de "Vox Horrísona" Siempre en poesía.







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junio 07, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

Una selección de poemas de Piel Alzada tercer libro de la poeta peruana Rossella Di Paolo.
Disfruten.

LAS ALTAS DISTANCIAS

Si yo escribo tu nombre en la arena
y tú escribes mi nombre en la arena
pero en otra playa
es que hemos descuidado las cosas
hemos dejado crecer el mar como hierba mala
y habrá que arrancarlo con cuidado
hasta allanar la arena de esa playa
donde puedas escribir mi nombre y rozar el dedo
que está escribiendo el tuyo despacito

FAZER TE LO HE MIRAR

Esperemos que la noche empiece
a sacarnos los ojos en lentos picotazos
y tendámonos, amado, sin temores
pues nada nos hará dejar esta dulce prueba
de ser ciegos, amado, para todo
lo que no sean las manos nuestras y las bocas
porque las bocas nuestras y las manos
son harta luz.

AMOR DE VERDURA II

Tu risa es ancha y feliz como un campo de coliflores
y me hundo en tu barba verde
en tu gran cuerpo de hierba
en el rumor de tus aguas anegándome
descuajándome las piedras hasta hacer de mí
un estruendoso país de vegetales
porque entonces los escucho brotando por mi cuerpo:
en mi cabeza una lechuga enloquecida
en mis axilas la hiedra de los muros
excava sus canales y este hervor de fronda
asomado al puente entre mis piernas
se ajusta a tu corriente
a la luz atronadora que gobierna
los altos pastos que vienen hacia mí
y estallan.

CONTRACARA

No escribí nada detrás de las galeras, nada detrás de los cuadros
ni ficha personal ni premios florales
tan hermosos y convenientes
como corona de muertos
ni foto en pose de sorpresa
en la mitad de una aparición verbal
con revuelo de musas y palomas encendidas.
No existo sino en lo que va por dentro
como una procesión de grandes negros
sobre las calles cada vez menos claras
de una página, de todas las páginas
que tú no vas a leer porque no me conoces
no fuiste a mi entierro
no tienes la estampita con mi cara de vértigo
atravesada por la flecha o la ciudad natal
no, ni el elogio de plástico (epitafio necesario
para saber quién se pudre debajo) ni tampoco
el bobo angelito de mármol
que lloraría sobre mi voz, desenterrándola.

AMA DE CASA

Me amarro este escritorio a la cintura
y pongo las manos en la olla   en la obra:
echar letras  hacerlas girar  probarlas en voz alta
hasta que me ahoguen las voces  sus humos
sus quites de presa en la espesura
me harto de esta cena ardida
mi casa hollinada  pies arriba
y yo tan poca cosa  tan boca abajo
vomitando
esta sílaba más
que sabré lamer  oh sí
sin pena  sin ascos.

PROFESORA DE LENGUA Y LITERATURA - EX

Sepan que estoy viviendo, nubes,
sepan que canto
Javier Sologuren.

Nunca más pararme frente a la pizarra -ecce femina- con un cucharón para meter en los platos vacíos de sus cabezas
el engrudo homérico, la berenjena eglógica
el acento esdrújulo y miserable, ni más
tizas de colores, salsas de tomate,
para abrirles las bocas
ojalá el entendimiento.
Ya no la tarjeta en la tostadora horaria
saltando con su tardanza  al rojo vivo
ni exámenes para probar cuánto resisten
mis nalgas en el pupitre y cuántas tildes
puede gotear un cárdeno Faber-Castell 031.
Se acabó la clase, la ilusión de mango,
todos al recreo, yo al recreo (pero sin vuelta)
al recreo de desclavarme de la pizarra
y saltar por la escalera al fin resucitada.
Último día, las rejas se levantan,
y en este valle ameno
nubes, sepan que canto
sepan que canto, bestias.

LOCA DE BASURAL

Soy la loca que revuelve en la basura
y estoy aquí gritando tu nombre
tu nombre que aviento contra latas descartadas
(yo la descartada) y que revienta y me salpica
porque soy la loca que tú sabes
acaba de llevarse una botella al ojo
y te observa arriba entre las moscas
la loca bien trajeada con sus cáscaras
de naranja al cuello y gritando
que el sol es verde y pica
como pulga, como las mil pulgas
y qué rico es rascarse hasta vengas
con tus manos de policía  a ordenarme la cabeza
a revisarme por todas partes como Dios manda
y a seguir el ritmo suelto del tornillo
que me está bailando
como un trompo aterrado
como un trompo.

AL HIPÓCRITA LECTOR

Sólo estas palabras que junto frente a tus ojos
como un montón de basura
para que tropieces cada vez que salgas
silbando a la calle
mis veces además porque escribo en Lima
y están de huelga los muchachos del alcalde
los tristes, los olvidados muchachos de la orquesta
con su camión on on
y su triángulo recolector
de cajas y bolsas reventando de palabras
y otras inmundicias.




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junio 06, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

POESÍA , ROCK & REVOLUCIÓN

Por Roger Santiváñez

Cuando yo estaba en quinto de media en Piura [1972] mi papá trajo a la casa el # 3 de la revista "Textual' excelente, que sacaba en el INC en esa época. Allí me encontré con un poema que me alucinó todito: "Karl Marx sentado vivando / Mick Jagger sentado viviando" decía en uno de sus versos. Era la "Cuarta canción a Saravanda" de Oscar Málaga.

En el verano que siguió [1973] compré "Estos 13" en Studium de mi ciudad natal & allí me encontré con mas poemas de Málaga.& allí me pasé de vueltas con su "Poema para Jack Kerouac" que tenía -algo del ptm- una cita de "Los Saicos" banda que a mi me había deslumbrado de churre en 1965 cuando la vi en canal 2 de TV en Piura.

En ese mismo 1973, mi viejo viajó a Lima por su chamba en la Universidad, & yo le pedí que me trajera el reciente # 3 de "Hipócrita Lector" que acababa de salir. Fue una expriencia fabulosa hallar allí la
"Oda a Lucasmi (el buen resultado de una onda)" de Málaga, donde se lee: "todos con sus niñas hermosas hablan de Fidel, me dan un pito / me dicen para ir a Chincheros. Yo realmente tengo dos almas / y entonces acepto su pito y su viaje a Chincheros".

Chincheros era un emblema hippie por ser la locación de "La última pelicula" de Dennis Hooper & Peter Fonda filmada en dicho pueblo del Cuzco, después del exitazo de "Easy ryder" ("Busco mi destino") que es el más hermoso canto al movimiento hippie de los jóvenes de esa época.

La revolución cubana está representada en el poema con la figura de Fidel Castro. & los pitos de marimba también se hacen presentes & el rock via Los Saicos & sus predecesores Los Beatniks con Jack Kerouac.

Para cerrar el circulo, un día vagando por el centro de Lima -en una librería de viejo- me encontré con el último # de la revista "Estación Reunida" & allí leí "En torno a la posibilidad de andar con Bob Dylan" otro certero poema de Malaga en el que combina magistralmente rock & poesía que es mi nota personal mas íntima. Me encantó.

Todos estos frescos materiales fueron reunidos por Málaga en el libro "Canciones desentonadas y alegres aterrizajes para evitar el suicidio" que obtuvo un premio en el concurso JM Arguedas que la Asociación Universitaria Nisei, muy famoso & consagratorio para los jóvenes de esa época, alrededor de 1970.

Pero ese libro de Málaga se perdió. & recién en 2016 -gracias a la pasión de Renzo Porcile & José Carlos Yrigoyen- pudo ser reconstruido & salió bajo el sello Apollo Studio. Para mí, es un libro fundamental en el desarrollo de la poesía peruana de la segunda mitad del siglo 20. Se los recomiendo de todo corazón. Siempre en poesía.

Salmo de Gloria

Gloria a mí nacido para cafichar, reír, joder

morirme de miedo, colocar bombas,

tener mujeres, hijos, padres, enemigos

saludar amigos, ir a bares, drogarme

llorar, amar a mi abuela, gritar en mi casa

correr sobre el césped

preguntar la hora

intentar trabajar para vivir con mi mujer

Gloria a mí

y piedad inmensa de los dioses

a la hora última de todos los días

cuando sin las luces de los actos heroicos

ni los gritos de los actos cobardes

me halle en el último rincón, el más oscuro de mi cuarto

curándome las diarias heridas, limpiándome los ojos

y no teniendo ya ganas ni siquiera de gritar.



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junio 05, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

Aquella tarde de 1997, desde el fondo de un librito negro, como un anciano profesor de un liceo tétrico, con la ropa llena de tiza, enloquecido por trabajar quinientas horas semanales, así se presentaba ante mis jóvenes ojos lectores don Nicanor, llevando centenares de cruces sobre la espalda pero siempre propagando buen humor.

Yo venía de leer, gracias al cole, toda la generación del 27, a los románticos ingleses y a los poetas malditos; pero de pronto una tarde en la biblioteca de la Ruíz de Montoya di con Poemas y antipoemas y fue un estallido en mi cabeza. Nunca imaginé que la poesía pudiera ser tan divertida.

Parra tenía órdenes de liquidar la poesía solemne de su tiempo. Eran días en los que gobernaba desde un olimpo Pablo Neruda pero ni siquiera él pudo mirar con ojos de recelo esta nueva forma de escribir poesía. Prueba de ello es que le escribió un poema homenajeándolo en vida:
“Este es el hombre
que derrotó
al suspiro
y es muy capaz
de encabezar
la decapitación
del suspirante”

Hijo mayor de una familia de artistas, de niño el antipoeta escribía versos alejandrinos, pomposos y sentimentales que hacían llorar a su madre. El bicho estaba adentro. La suerte, echada. Muy pronto, tras el repentino fallecimiento de su padre –de quién heredó el humor negro– tuvo que viajar a Santiago para labrarse un mejor futuro y poder ayudar a sus hermanos menores, como la grandiosa Violeta –que tanto brillo le dio a la música vernacular de su país.

En la universidad de Chile el antipoeta estudió Matemáticas y Física pero la poesía lo acosaba. En las aulas universitarias fundó una revista y pronto publicó su primer libro, Cancionero sin nombre, con escandalosos perfumes lorqueanos.

Tuvieron que pasar más de quince años, viajes al extranjero, lecturas como la de Walt Whitman para que don Nicanor dé el golpe definitivo y cumpla con el mandato que la realidad le exigía. Es decir bajar a los poetas de su olimpo. Con Poemas y Antipoemas, publicado en 1954 y que se ganó todos los premios del Concurso de Sindicatos de Escritotes, Don Nicanor Parra Sandoval, llevó la poesía a otra dimensión. Cambió la concepción de lo bello. Impregnó sentido de humor. Acercó el lenguaje cotidiano. Atrajo lo popular. Pisoteó lo sagrado. Se burló a diestra y siniestra de todo lo literatoso. Se mofó repetidas veces de sus contemporáneos. El antipoeta no sugiere un carajo, dice las cosas con crudeza. Se opuso a toda la tradición que prevaleció a comienzos del siglo XX.

–¿Por qué te dedicas a la poesía?– le preguntaron.
Y el antipoeta respondió:
–Porque no le tengo miedo al ridículo.

A Nicanor Parra le debemos mucho, más de lo que ustedes imaginan. Es bueno recordar a los grandes escritores que influyeron en su época y que sobreviven hasta el día de hoy en sus escritos. Amado en su país por todos, vivió más de 100 años y no solo nos dejó sus antipoemas sino también sus artefactos y sus postales. Yo le agradezco infinitamente que le haya torcido el cuello al cisne de vistoso plumaje.

–Señor Parra, ¿usted se considera un genio?
–No, señorita. Yo me considero un hombre del montón. Alguien que pretendió hacer algo de la nada.

Dios lo tenga en su gloria, don Nica. Al igual que usted:
“yo brindo por lo que venga
la cosa es brindar por algo”
Amén.

Sergio Gómez Reátegui.



Siete
son los temas fundamentales de la poesía lírica
en primer lugar el pubis de la doncella
luego la luna llena que es el pubis del cielo
los bosquecillos abarrotados de pájaros
el crepúsculo que parece una tarjeta postal
el instrumento músico llamado violín
y la maravilla absoluta que es un racimo de uvas.



Lo que necesito urgentemente
es una María Kodama
que se haga cargo de la biblioteca
Alguien que quiera fotografiarse conmigo
para pasar a la posteridad
Una mujer de sexo femenino
plenamente consciente de sus actos, si señor,
una rubia despampanante
que no le tenga asco a las arrugas
O en su defecto
una mulata de fuego
No sé si me explico
Todo Quijote por roñoso que sea
tiene derecho a una Dulcinea.




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junio 04, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments



LA REVISTA "EROS" [1973]

Por Roger Santiváñez

En julio de 1973 -cuando contaba con 17 years old & estudiaba en la "Privada" Universidad de Piura, viajé a Lima por las vacaciones de medio año. Acababa de leer la famosa antología del 70 "Estos 13" conseguida en la librería Studium de Piura en marzo de 1973. El libro me había bacilado un culo. Así que me fuí a Lima en busca de los poetas de "Estos 13" es decir -basicamente- jóvenes de "Hora Zero" & "Estación Reunida".

Había leído en "Estos 13" que se reunían en el bar "Palermo" de la Colmena, de modo que me di un par de vueltas por dicho bar -buscándolos- pero nunca los encontré. En eso, un día leí en el periódico que se presentaba en el INC un crítico argentino quien daría una conferencia sobre la poesía de Carlos German Belli.

Me fuí a la conferencia & allí me tocó conocer al poeta Gustavo Armijos, paisano mio.Armijos me paso una tarjeta para un baile pro-fondos una nueva revista de poesía denominada EROS. & me comentó que formaba parte del grupo que publicaria dicha revista. Volví a ver a Armijos -unos días despues- & me dijo que ya no estaba en aquel grupo.

Me regresé a Piura. Un par de meses después recibí un sobre manila conteniendo el primer número de EROS enviado por Armijos, con una nota que me decía: "Aquí te mando EROS que ya está circulando entre los pocos que se bacilan con la poesía en Lima".

Lo bacan de EROS fue que lanzaba al mundo a una poeta que hoy es de culto: María Emilia Cornejo que se había suicidado en plena juventud. También traía poesía de Jorge Pimentel, Enrique Verástegui, Vladimir Herrera, Jose Cerna, & de su director Isaac Rupay, quien moriría -debido a un mal congénito en el corazón- al year siguiente, en 1974 a los escasos 24 years old. Traía, asimismo, una suerte de manifiesto escrito por Verástegui a proposito de la palabra "Deschavar". Según él, su generación -la del 70- realizaba un "deschave"a toda la poesía peruana anterior.

EROS era una muy simpática revista, hecha con buen gusto y cuidada impresión. Su comité editor estaba formado por todos los poetas mencionados mas Santiago López Maguiña & menos Pimentel que estaba en España la sazón.

He recordado a EROS (primer & único número ya que su director Isaac Rupay falleció ahi nomas) debido a un post de Charo Arroyo & me ha provocado hacer -a partir de hoy- una serie sobre revistas de poesía en el Perú que yo conoci. Siempre en poesía.

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Leoncio Bueno

junio 02, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


LEONCIO BUENO.

Por Roger Santiváñez

Este magnífico poeta empezó su vida literaria con la fundación del Grupo Primero de Mayo, poetas obreros como él, en 1956.

Activo militante trotzkysta desde fines de los 1940s.Sufrió persecusión & cárcel por sus ideas revolucionarias. En los 60s participa en las expropiaciones a Bancos de Lima en apoyo a las guerrilas del Frente de Izquierda Revolucionaria [FIR].

Conocí a Leoncio Bueno cuando trabajé en "El Diario de Marka" (1980) donde el poeta chambeaba como guardián nocturno del local de la Av. Salaverry.

Luego iba a visitarlo a su taller de baterias en Breña, y me pasaba horas escuchándolo hablar de poesía & de sus acciones políticas revolucionarias.

Después -eventuálmente- lo encontraba en el centro con su gran maletota de vendedor de libros & nos metíamos un par de chelas en el Queirolo.

En el # 1 de "El caballo rojo" escribí una nota sobre su libro "La guerra de los runas" que me encantó & de donde recuerdo estos versos: "& Lima sea india / & ponga un huevo".

Leoncio ha cumplido 100 años ya. Es nuestro grande & venerable poeta mayor. Rindamos homenaje permanente a su presencia infinita. Siempre en poesía.


TECHO PROPIO

Mi techo es pequeño
rico de polvo y paja
construido de esteras y otros
deshechos inflamables.

Deja pasar los bichos y la lluvia,
deja que se cuele la luz,
el aire, las chirimachas
y los orines de los gatos.

Soy el dueño de un techo excitante:
puede caerme encima
sin hacerme daño.


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mayo 31, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


CECILIA BUSTAMANTE.

Por Roger Santiváñez.

Desde que llegué a Lima -desde mi natal Piura- en 1975 me enteré de la existencia de esta poeta al ver sus libros donde Mejía Baca. Allí estaba -por ejemplo- "El nombre de las cosas" editado en 1970 por la entonces muy prestigiosa editorial Alfa de Montevideo. También podía verse "Nuevos poemas y Audiencia" con el que había ganado el Premio Nacional de Poesía en 1965.

Cecilia tenía vínculos familiares con la primera esposa de JM Arguedas: Celia Bustamante, quien con su hermana Alicia habían sido pioneras del arte moderno & la reivindicación del arte popular andino & el folklore peruano con la famosa "Peña Pancho Fierro" lugar de encuentro de lo mas avanzado de la intelectualidad nacional desde fines de los 1930s y todos los 1940s. Igualmente provenía del tronco familiar del poeta Enrique Bustamante y Ballivian -amigo de Valdelomar- y gran impulsor de la edición de literatura peruana a traves de su celebérrima Compañía de Impresiones y Publicidad (CIP) de enorme influencia en su época.

En 1977 leí con placer su libro "Amor en Lima" editado por Carlos Zúñiga Segura & su sello Ediciones Capulí. Emigrada a los Estados Unidos, fundó el Festival de Poesía del Otoño en Austin, Texas, al que tuvo la bondad de invitarme en 2003, siendo el último que alcanzo a organizar, antes de viajar a la Eternidad, esta magnífica & extraordinaria mujer, auténtica poeta, que hoy -en esta tardecita media triste- he recordado para ustedes. Siempre en poesía.


-Altas hojas: VIII

En el fondo de todas las cosas,
intermitente y sin descanso, está el corazón.
Aquí habitaron los hombres de todos los tiempos
Y su polvo ennnoblece los embriones de las plantas.
!Quién pudiera escuchar su palabra de fuego
en la noche oscura,
y cogerla ardiente y elevarla
sin que nos hiciera daño!

Ven, dame tu mano, el valor de tu mano
cuando mi ser agonice.
Retengámonos poderosamente,
como lo hacen los astros que coronan el espacio,
porque somos el oscuro equilibrio del tiempo,
la temible seguridad de los hemisferios de la tierra
y los seres que legarán nuestras entrañas.

Nuestras huellas gravitan en todos los misterios
y en nosotros todo se cumple,
Porque avecinamos estrellas y vientos
y nos abisma la magia de la Naturaleza.
Abandonados al silencio, habitamos antiguos huracanes
y los murmurantes secretos que rinden el corazón.

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mayo 30, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

BLANCA VARELA.

Por Roger Santiváñez

La primera vez que tomé contacto con la poesía de Blanca Varela ocurrió en mi querida & natal Piura. Fue en la librería Studium en el verano de 1973 -yo acababa de salir del colegio- donde encontré la hermosa edición del INC de "Valses & otras falsas confesiones" [1972] Allí leí estos versos que me impactaron: "no creo en nada de esta historia / y sin embargo cada mañana / invento el absurdo fulgor que me despierta".

Tiempo después -ya en Lima- me conseguí en Mejía Baca "Luz de día" publicado en 1963 que me encantó. Buscaba como loco "Es puerto existe" (1957) pero jamás pude hallarlo. Alcancé a hojearlo en la biblioteca de algún pata, en algún momento.

En 1978 formé parte- por un tiempo al inicio- del Comite Editor del sello ARYBALO. El libro con que se inició dicho sello fue "Canto villano" & recuerdo que Blanca demoraba en entregarnos el libro; luego nos enteramos que ella se lo había pasado a Westphalen & que necesitaba su visto bueno, antes de dar luz verde a su lanzamiento.

Solo una vez me tocó estar con la gran poeta. Fue en la galeria PRAXIS  de Barranco -circa 1986- durante la inauguración de una gran individual del pintor mexicano JL Cuevas.

Yo recordé una nota -aparecida en la legendaria revista AMARU (que dirigía Wesphalen a fines de los 70s/comienzos de los 70s) que Blanca había escrito sobre el afamado poeta gringo Robert Duncan. Recordaba una frase de ella: "La poesía es el único comentario que merece la existencia".

& se lo dije & Blanca -riéndose- me replicó cogiéndome el brazo: "Ay, las cosas que escribe una". & brindamos con el buen vino de aquella noche formidable que -en este instante- he recordado para ustedes en homenaje a nuestra querida & admirada poeta mayor.




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Alfonso Brezmes embiste

mayo 30, 2020 Sergio Gómez Reátegui 2 Comments


En el trabajo poético del escritor español Alfonso Brezmes puedes encontrar lo breve como un sello personal.
Lo que Borges practicó en los cuentos, ese empeño obsesivo de  colocar las palabras exactas para que nada empañe la vestimenta de lo escrito.
En la poesía de Alfonso la brevedad y la ironía son la punta de un iceberg bajo el transparente océano de sus palabras.
Sergio Gómez.



-NADA QUE DECLARAR

Yo, Alfonso Brezmes,
poeta sin poemas, hijo ilegítimo
de un pájaro y el viento, declaro,
aquí y donde haga falta,
sin cargos ni conciencia,
extranjero de mí mismo
y en plena posesión
de posesión ninguna,
que no tengo nada que declarar:
ni reloj, ni patria, ni bandera.

Mi identidad no es la que dicen
los documentos que me asignan
un único lugar en esta tierra,
y escondidas están las carreteras
que conducen, secretas, a mi casa.

Prófugo sin cárcel, un ángel con maletas
se empeña en conducirme
siempre hacia otra parte: allí
donde no hay nada que declarar,
salvo mi pasaporte falso
y este par de alas caducadas



-TU VIDA

Hay días
-son pocos, pero son-
en que desearías no haberte
levantado de la cama.

Esos días
son raros, pero existen-
en que abandonas las sábanas
con la extraña sensación
de que alguien, en alguna parte,
vive tu vida por ti.

Y, lo que es peor,
según todos los indicios,
se lo está pasando
bastante mejor que tú.


-VÍA MUERTA

Odio la punta de mi
lengua:
ese lugar extraño de mi cuerpo,
esa estación fantasma
a la que siempre
está a punto de llegar
esa otra lengua que no llega,
de la que siempre
está a punto de salir
ese poema genial
que siempre escribe otro.




-PERDIDO
Donde he perdido algo
camino con más cautela.
No sé si hallaré lo que busco,
pero ese lugar es como un templo:
en él existe lo posible.
Donde he perdido algo
lo perdido me llama
y algo de mí llama a lo perdido.
La cautela no es para encontrarnos:
la cautela es para no pisar
el sagrado lugar en donde habita
el oscuro animal de la esperanza.



-FE DE ERRATAS.

Pasé el corrector gramatical
y, lentamente,
desaparecí.




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mayo 29, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


GUSTAVO VALCÁRCEL.

Por Roger Santiváñez
Desde cuando empecé a escribir sabía de Gustavo Valcárcel por la difundida antología "Poesía revolucionaria del Perú" debida a Alfonso Molina a comienzos de los 70s.

Gustavo fue uno de los adalides máximos de la "poesía social" a fines de los 50s, pero ya desde antes había sido una de las figuras centrales del grupo "Poetas del Pueblo".Sin embargo el había empezado con "Confín del tiempo y de la rosa" (1948) de gran finura estética con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía.

A mí me gustó su "Poemas del destierro" (1956)  que me conseguí una tarde donde Mejía Baca, donde está el hermoso poema "Carta a Violeta" su gran compañera de toda la vida.

En 1980 asistí a la presentación de su poemario "Reflejos bajo el agua del sol pálido que alumbra a los muertos" aparecido en un número completo de la inolvidable revista "Haraui" del querido Paco Carrillo.

Yo estimé a Gustavo; aún cuando no pasé del atento saludo en las varias veces que estuve en su casa de San Eugenio, Lince, celebrando el primero de mayo & el santoyo de Rosina Valcarcel Carnero mi amiga querida & admirada poeta, hija suya. Era como un venerable tótem para mí & me conformaba con su venia & un salud! a la hora del brindis.

Pero me emocionaba su poema a Mariategui & toda la leyenda que rodeaba su intensa figura & trayectoria.Esa es la memoria que tengo de Gustavo Valcárcel & que aquí he escrito para ustedes. Siempre en poesía.

NUEVA CARTA A VIOLETA


TE amo rojamente porque eres el Perú
con todo que está delante de mi vida siempre.
Te amo en matrimonios sucesivos
y en cuartos y ciudades
donde yo nunca puedo llegar antes que tu alma.
Te amo en dos pies y en una lágrima
cuando piso las hojas caídas del domingo
con toda mi tristeza semanal.
Te amo con mi cadáver en remojo
junto al recuerdo feroz de nuestras sábanas.
Te amo gota a gota o en torrentes
y desemboco a toda hora en tus latidos.
Te amo en el perfil de ayer
y frente a frente hoy
en el cuerpo desnudo de tus años.
Te amo en cataratas de pétalos y notas
hecho un niño de pechos inmortales.
Te amo enfermo en San José de Costa Rica
donde cual toro en tempestad de espadas
me desangro de ti a borbotones.
Te amo y ya me voy
a beber lluvia de ti
echado sobre un montón de sueños.
Adiós, escúchame:
te amo rojamente porque eres el Perú con todo
y yo, hasta la muerte,
tu mejor patriota bajo el Sol.


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mayo 28, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

JULIA FERRER.

Por Roger Santiváñez

Esta maravillosa mujer -eventualmente- almorzaba en el "Queirolo" de Quilca & Amargura; allí la veía yo y -a veces- la acompañaba en su delicada mesa de poesía.

Yo tenía sus dos libros publicados: "Imágenes porque si" (1958) & "La olvidada lección de cosas olvidadas" (1966) & le preguntaba sobre el grupo surrealista de la generación del 50 en el Perú.

& Julia -con sus lentes verdes ahumados clásicos- sonreía & me contaba sobre las hazañas de aquella mancha salvaje que lideraba el poeta Rodolfo Milla.

En realidad yo ya conocía a Julia Ferrer -cuyo verdadero nombre era Julia del Solar Bardelli- desde los días del Wony a mediados de los 70s, pero yo era muy tímido & me limitaba a saludarla reverencialmente de lejos.

Mas bien departia yo con su hijo -el poeta Marcos Rivarola- asiduo diariamente al Wony. Julia Ferrer fue también pintora y actriz de teatro & de radio-teatro.

Mujer hermosa & dueña de tremendo talento, suave pero firme personalidad, era una luz al mediodía en ese "Queirolo" de mi bohemia en los 90s. Un día ya no estuvo mas en su mesa del primer salon, junto a la ventana: había volado al cielo de la poesía. Pero a mi me dejó su sonrisa, esa que he tratado de rememorar en este solitario post. Siempre en poesía.


DE UN POSIBLE BARROCO RETORNO*

Cuando de un posible
barroco retorno
resurja el arcángel de la media mampara
en tropiezo verbal (atropello)
de filigrana y garúa
cuando
quebrando espejos los vampiros
tú puedas evocar
lo que él
lo que yo
navegando en mis cisnes
sin aventura
engalopados
y nubes boquiabiertas de placer dormido
Yo
la de siempre
hasta el azul o la partida
resucitando a medias
con mi cariño a cuestas (carroña)
domingado y huraño


Porque
la vida no es de todos los días
es a ratos
no más
es
a como puedas

Lima, noviembre, 1979.

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mayo 27, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

ALEJANDRO ROMUALDO

Por Roger Santiváñez.

Conocí a Romualdo en casa del pintor Alfredo Ruiz Rosas, donde llegué conducido por su hija la poeta Dalmacia Ruiz Rosas, mi compañera de aquellos lindos días de la juventud que ya se fue para siempre.

Romualdo fue simpático conmigo, respondió a todas mis inquietudes acerca de la "Poesía social" movimiento que el lideró en la poesía peruana de la década de 1950.

Después recordé que -en el verano de 1984- una vez que mi amigo barranquino en los días del Movimiento Kloaka, Rafael Delucchi, que era íntimo de Romualdo, quiso presentármelo. & lo invitó a su casa en Barranco para que yo lo conociera. La palta fue que -cuando entraban por el estrecho pasadizo que llevaba a la sala de la casa de Rafael- mi amigo le comenta que yo llegaría pronto a la reunión, a lo que Romualdo dió un respingo & le espetó: "Ah no, con la marihuana, nada". & tomó el camino de regreso desapareciendo del sitio.

Sin embargo, otra vez que yo salía del depa de mi amigo el poeta Bruno Mendizabal, en San Felipe, tomé una combi para irme a Miraflores y me encontré a Romualdo allí en la combi. Hablamos bacan esa tarde. Sin paltas. Se mostro muy amable & conversador.

Em los 90s yo iba todas las tardes al Queirolo de Quilca. Una de esas tardes entré al bar, y en el segundo salón lo veo a Romualdo, sentado, solo en una mesa. Lo saludé al pasar y seguí al baño, pensando volver & sentarme a conversar con él un rato.

Pero oh sorpresa: cuando regresé del baño vi que la mesa -donde había estado el gran poeta del Canto coral a Tupac Amaru- estaba completamente vacía. Romualdo había volado, desapareciendo para siempre.

Digo para siempre porque nunca tuve ocasión de volverlo a ver. Sentí mucho su muerte,claro, un día como hoy hace 12 years, totalmente solo, abandonado & encerrado en su casa de San Isidro. Pero Alejandro Romualdo vive, permanece actual en nuestros corazones solitarios de estos dias confinados. Siempre en poesía.

CANTO CORAL A TÚPAC AMARU

QUE ES LA LIBERTAD


Lo harán volar con dinamita.
En masa, lo cargarán, lo arrastrarán.
A golpes le llenarán de pólvora la boca
Lo volarán:
…Y no podrán matarlo!

Lo pondrán de cabeza.
Arrancarán sus deseos, sus dientes y sus gritos,
Lo patearán a toda furia.
Luego lo sangrarán:
…Y no podrán matarlo!

Coronarán con sangre su cabeza;
sus pómulos, con golpes.
Y con clavos sus costillas.
 Le harán morder el polvo,
Lo golpearán:
…Y no podrán matarlo!

Le sacarán los sueños y los ojos,
Querrán descuartizarlo grito a grito.
Lo escupirán.
Y a golpes de matanza lo clavarán:
…Y no podrán matarlo!

 Lo podrán en el centro de la plaza,
boca arriba, mirando al infinito.
Le amarrarán los miembros.
A la mala tirarán:
…Y no podrán matarlo!

Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.

Querrán descuartizarlo, triturarlo,
mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.

Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.

Al tercer día de los sufrimientos,
cuando se crea todo consumado,
gritando ¡Libertad!
sobre la tierra ha de volver.

¡Y no podrán matarlo!




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