Diego Lino embiste

mayo 04, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


Para todos nuestros seguidores hoy presentamos una selección de poemas de Diego Lino.


TESTAMENTO

Es domingo. Cruzo el mercado con mi hijo en busca de algo para el desayuno,
hay una paloma africana aplastada al borde de la pista,
sus plumas aún se agitan con el viento: así es la Voluntad.
Los borrachos que han sobrevivido a la noche se arrastran por el barrio,
doblados por el peso de sus medallas transparentes;
los obreros desfilan por la sombra y entran a los restaurantes,
un loco fuma en la esquina y mira pasar los autos como una estatua sin ojos;
sin embargo, el sol brilla en el cielo abrasándolo todo con indiferencia,
y millones de estrellas como él se encienden y se apagan en la sangre de mi hijo,
que juega con una bolsa atrapada en un remolino.
Dentro de unos años se detendrá como yo ante estas imágenes
y quedará cegado para siempre. Ya no podrá ver como hace ahora
las mil joyas que hay detrás de este telón miserable.
Hijo mío, vas a hacerte viejo y ciego como tu padre, como mi padre;
te cuido por ahora aunque no soy más que humo brotando de un espejo,
humo de carne y hueso que se ha detenido a verte jugar.




LA CORTINA DE YAMA

“Cuando el Ser ha sido percibido por el verbo
la realidad se revela a sí misma”

Katha Upanishad

Una pantalla de palabras no sirve para contener la voz del agua,
río que se extiende en mil ramas de fuego bajo los párpados.
Un signo dibujado con arena en el aire
no hace temblar la piedra hasta volverla carne,
ni hace flotar la carne sobre estambres que fluorescen al tacto,
ni colma de polen luminoso el cráneo de una bestia
hasta cegarla por completo y volverla humana.
Una palabra palidece ante la savia que trepa los tallos de la noche,
ante el rayo que se anilla para dejar la médula del sueño intacta.
Nada pueden las palabras contra el tornasolado aleteo de una libélula;
porque todo ha sido escrito en las ondas que nacen cuando cae una gota
en la música que estalla en brillantes esquirlas de sentido,
en esa imagen espantosa que unos ojos proyectan en la niebla
y que para nosotros es el mundo.
Ciego mío, mira a través de esta cortina:
sé testigo de la humillación de las palabras.


Juego de manos

Sueño una virgen cargando su arcabuz ¿o lo he visto en un muro?
abro los ojos: un policía reparte migas de algodón dulce
balas que hacen piruetas en el aire como gorriones de acero
subo escaleras hechas de huesos y teclas de piano
sorprendo a un banquero durmiendo
a una secretaria acosada por deudas imaginarias
salgo nadando por la ventana
afuera los edificios tiemblan como el cuerpo que se ama
abajo el aliento del mar nos trae objetos extraviados
devuelve flores a los que perdieron recibos
y los hombres abren por fin sus puertas:
las latas de conserva donde habían guardado la noche.
Doy un salto: floto sobre el manicomio
sobre los niños que hacen fila ante el cajero automático
que ahora dispensa gomas de mascar y caramelos
y la mañana echada sobre el mundo abre la boca
envuelve la tierra con su mirada llena de globos de colores
corren caballos por los techos de los automóviles
y su avance nos recuerda que nada está muerto
que todo se estremece
ante el fuego de un corazón que llevamos en las manos
yo nado en la luz de su corazón y me digo:
Esta es la vida. Nosotros solo vemos sombras.



UN CUERPO TIEMBLA BAJO LAS HOJAS

Como una manada de caballos luminosos brotando del pecho
entrando y saliendo de las paredes
como el peso de una ola liberándote del cuerpo
como alas de mariposa que se hacen polvo entre los dedos
arrebatos del cielo transitan la tierra
hacen del viento nocturno un río de vidrio
flotan los cuerpos cercenados en charcos de luz:
no hay una imagen más fiel del amor
no ha sido vista música tan clara manando de labios
nunca carne viva te has parecido tanto a una rosa
saliva cabello recuerdos
todo lo hemos entregado al fuego
carbón azul de nuestros huesos
las hojas que contenían el mar en imágenes
la bóveda de un tibio seno
donde encogerse hasta que broten órganos nuevos
manos nuevas llenas de venas o raíces
brazos que alberguen aves extrañas
pájaros mudos
de esos que cantan con los ojos.


VINDICACIÓN DEL SUEÑO

ES HERMOSO CUANDO la noche se derrama
como la sangre de una estrella
más grande que la luz
tú no puedes verla porque estás muerto
morir es perder los ojos para el sueño
encaras al cielo con dos cicatrices cubiertas de pestañas
y no duermes
porque la cama del que no sueña es un nicho
porque la noche del que no sueña
es un modelo a escala de la muerte
como ya no tienes ojos
y no distingues el fuego fatuo
del fuego artificial
cierras el pecho
y tratas de imaginar que eres un hombre
por despertar.



"Los poetas paltean. No he conocido otra actividad, salvo la medicina psiquiátrica, donde se congreguen tal cantidad de chiflados, mentecatos, esquizotípicos y megalómanos. Lo digo absolutamente en serio.
Ciertamente el oficio de escritor, y en especial el de escritor de poemas es un oficio muy humilde, que se debería llevar con mucha sencillez y con mucha consciencia de el poco interés que genera y de la poca importancia que tiene en la sociedad. Ser poeta es casi como ser sastre de barrio, de esos que todavía cosen a mano".
Diego Lino.



Diego Lino.- Escritor y artista gráfico, nacido en Lima en 1985. Es miembro del movimiento artístico Templo Furor; ha publicado la colección de poemas Música Para Tarántulas (Lima, 2016, editorial Celacanto).
Actualmente estudia la carrera de filosofía en San Marcos.






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