mayo 15, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments



Los poemas al igual que los registros fotográficos son parte de la memoria colectiva.
Muestran hechos , acontecimientos, realidades, y comportamientos humanos ante distintas situaciones.
El poeta hunde la pluma dentro de su tintero y nos deja estos retratos vivos y descarnados de una ciudad confundida entre sus miedos y sus pensamientos obsoletos.
Un ladrón acribillado, una prostituta retirada, son también hijos e hijas de nuestra sociedad.
Estos poemas que hoy comparto si bien muestran la resignación ante las derrotas y las tragedias de un pueblo de igual forma nos dan un ejemplo de la lucha heróica ante las catástrofes.
Esta es mi ciudad y sus enloquecidos habitantes con su notoria desesperación, estrechándote la mano.
SG.




Memoria

Cuando las autoridades
llegaron al pueblo
se inventaron toda suerte
de cuadros estadísticos
hubo de muertos buenos,
de muertos malos,
muertos por bala,
muertos por arma blanca,
muertos de miedo,
muertos de pena,
muertos enteros,
muertos por pedazos,
pero nadie registró
a los perros que
se perdieron aquellos días
nadie fue a reclamarlos
sin embargo
colgaban sus cuerpos
en postes
y de sus pescuezos yertos
letreros en tinta de sangre
rezando: "muerte a los soplones"
o "soldado carne de cañón"
el fiscal recogía en una bolsa y con escrúpulo
cada letrero
pero de los perros asesinados nada se decía
nadie sabía a qué hora eran arrancados de los postes
ni dónde terminaban
la comisión de la verdad no tiene tal registro
como si no se tratara de crímenes
almas cuadrúpedas
sin derechos constitucionales
a quienes solo los lloraron
sus huérfanos abandonados
o sus hembras que de tanta espera
cayeron fulminadas
o terminaron vagando
por calles y plazas
hasta perder la cordura.

Durante los años del conflicto armado
más difícil que ser peruano
fue ser un perro callejero.

Helmut Jerí Pabón



La Cantuta

Garúan las ánimas sobre una conciencia
sórdida y circular,
fratricida, tirano, bestial.
Sus detalles, eran diez,
terminaron bajo la tierra que los procreó,
grises, calcinados, imborrables.
Mancillaron lo vespertino
de sus deseos,
caminando en fila india,
tejieron fragmentos quejumbrosos
sobre los talones de una novela negra
que alguna vez los marcó.
Lágrimas humanas de hermanos míos.
Hoy persisten en la belleza
de nuestra flor nacional,
y en su impunidad, la culpa.

Katherine Estrada.





El malabarista 

En una esquina 
donde los autos se aglomeran 
un oxidado semáforo
le ha concedido unos instantes para su acto

He ahí tres puñales:
surcan el cielo 
danzan en el aire
y regresan a sus manos sin herirle

Tal es la hazaña
que la vislumbro emergiendo 
de mis más extravagantes sueños:
dormir como una piedra 
cantar sin desafinar

Veinte segundos
los cuchillos guardan su filo 
vuelven al amo apaciguados
para que él haga la venia 

Gracias buenas tardes 

Diez segundos
la deidad del tránsito ya se impacienta

No hay más tiempo sino
para apuñalar al orgullo 
y pedir una moneda.

Gloria Portugal
 



A una muchacha en la torre más alta del Sheraton.

En las ciudades los pájaros vuelan más altos,
agobiados por el movimiento sucio de los hombres.

Muchacha de la torre más alta del Sheraton,
pienso tu nombre como un graznido antiguo,
que ha inventado su cuenco en tu última garganta.

Ah, pequeña, desde allí arriba puedes ver 
tus pies sobre nosotros,
tus pies sobre las nubes de la ciudad
que no recuerda tu nombre.

No importa la palabra:
para mí eres toda de lluvia
y has caído infinitas veces 
en la hierba y las hortalizas.

Ahora eres lluvia, te digo.
Contigo habremos de engañar a la muerte.
Cae, si así lo quieres,
serás un sirimiri en la selva,
una llovizna lírica en Lima.

Responde a este verso, pequeña,
que la vida es toda y siempre 
respuesta.

Cae, si así lo quieres.
Yo pondré este papel 
con poesía
para contener tu empinada cuesta 
sobre nosotros.

Pero no olvides voltear, muchacha,
cuando nombren a la lluvia 
un lunes áspero
y no vaya a ser
que nos atrapen 
en la mentira.

María Belén Milla





Sobre el derecho al porno y a la vida o Crónica escrita por un pajero conmovido.



A Bree se le pudo perdonar

Ser mentirosa puerca idiota comunista

O derechista y achorada

Pero nunca una estrella del porno

Con el afán de darle respuesta a las preguntas

La verdad la razón la justicia el amor la libertad la vida

La iluminación puede encriptarse en una decisión

Como una actriz xxx de recorrido mundial

A la hora de la jubilación la realidad le retorna

Como los hijos regresando a la casa víctimas del bullying

Como los padres de familia del colegio de sus hijos

Imaginando un circo sexual en el trampolín inflable del patio trasero

Como un vecino fisgón que imagina el final de todas las cosas

Siempre en un rostro

Con los párpados maquillados y los labios bien abiertos

Esta es la historia de Bree Olson

Una vez estudiante de medicina y futura oncóloga o neurocirujana

Hoy ganadora de la mejor escena de sexo anal en el 2008

Y parte de una minoría segregada de la sociedad

A la que no la buscan activistas humanitarios

Ni ONGs defensoras de sus derechos

Y así siempre

Nos formamos juicios sobre lo que nos parece

Y nunca sobre lo que ha acontecido

Bebemos de la sangre de Cristo

Y no nos importa equivocarnos de arteria

Embarramos el borde de la vereda con la suela de los zapatos

Solo para mantener el blanco de nuestro suelo

Queremos siempre carne en la mesa

Y nos importa poco el dolor y la culpa con la que se llenan nuestras tripas

Anhelamos la belleza y las flores húmedas en la poesía

Y nos recorre el frío por la columna

Cuando escuchamos una definición escatológica

Bien puesta en un cuento para niños

Pugnamos por la dureza de un verso hecho de piedra

Pero nos aferramos a las flores hasta en el cementerio

Este es el sufrimiento de una mujer que le trajo placer a millones de personas

Sin siquiera haberlos tocado en su vida

Sin saber sus nombres ni haber capturado la expresión de sus orgasmos

Porque olvidamos siempre nuestra vocación de porno

Por ser el nuestro de un género no comercial o que nos deja pocos dividendos

Si fuera por nosotros filmaríamos hasta al perro

Pero preferimos distraernos

Y decirle que es nuestro mejor amigo

Porque de algo hay que llenar la vida

Que por más que coordinamos siempre morimos de a uno

Hay que aceptar la verdad

La hipocresía nunca desvía el destino

Pero siempre retrasa la vida

Bien lo sabe Bree

Madre ejemplar y amorosa esposa:

Dios nos la cuide siempre

Y la Virgen quiera guardarla en su gloria.

Eduardo Cabezudo.





REFLEXIONES AL PIE DE LA TUMBA DEL LOCO VICHARRA

Cuando veo tu nombre en los periódicos
pienso en la muerte, en la sorda muerte
que no sabe, que no oye, que no
escucha, que es como latón oxidado
a mis preguntas: Por qué no hubo
alguien que te diera una sonrisa,
en vez de recluirte abruptamente
en el Reformatorio, cuando habías
robado 15 libras de la bodega,
de tu barrio por palomillada,
por jugarle una pasada al destino;
el destino es como un viejo caficho
que nunca da la cara. Y así fuiste
perfectamente destruido en Maranga,
y allí, tampoco hubo nadie que
te hablara, porque los cancerberos
de todo Reformatorio, Cárcel, Asilo, Manicomio
son lo mismo: la enfermera antihumana
de Atrapados sin Salida-Pero tú
no eras Jack Nicholson interpretando
un papel, sino José Asunción Vicharra
Sánchez, un muchacho de la esquina,
al que ¿cómo recluyen? para hundirlo
más y más: De palomilla a Enemigo Público N° 1.
Ya el abandono posterior, la sociedad te dio la
espalda y no supiste sino alcoholizar tu
dolor, buscar una música entre la jerga del choro,
porque nadie quiso mirarte sino de soslayo,
murmurando basura, lumpen, ratero, asesino
y allí sí que todo fue irreversible;
después del primer disparo ya no hay
regreso posible, además, regreso ¿adónde?
si todos los corazones te fueron cerrados
si en cada recodo de tu vida, justo
en el momento en que necesitaste
una mano, nadie te la quiso dar,
por eso yo ahora te ofrezco la mía
aunque ya sea el reyno de la muerte
aunque quede tendida en el vacío
como la sensación final de este
canto de rebeldía.

Roger Santiváñez


Entre la umbría y la eternidad.
A Evangelina Chamorro

Cuando todo se muestra difícil y ojeroso 
Evangelina rememora las bondades de la floresta 
la luz de la luciérnaga es señal de no ser 
un bocado apetitoso para el hombre 
a bordo de un caballito de agua dulce 
resuena el tambor 
un barco ebrio

Evangelina parte con su madre por doquiera
porque la vida es un eterno viaje

Su canto de niña 
arribó a la capital como
arribó mamá en los cincuenta 

Evangelina y madre viajaron en el tiempo
el tiempo negado 
el tiempo revelado 
el tiempo cordillerano
tiempo del río Amazonas

El canto guaraní en la ópera de San Sebastián
el canto awajún en esta constelación
de estrellas humanas 

Cuántos días desolados
cuantos días en ayuno 
cuánto caminar hasta arribar al regazo de Lurín
cuánto transitar hasta fundar la Villa de 
Nueva Navarra
cuánto navegar hasta el Pacífico 
Tu testa y tu canto 
más allá del Cantar de los Cantares

Ayer Evangelina
atrapada en un verano que consume 
un verano que duele y constriñe
se debatía entre la umbría y la eternidad 
torrenciales lluvias flagelaron el respiro
flagelaron el aire de sus aguas

Cuando el peso del lodo la arrastraba
y yo perdía el aliento
sus dientes se aferraron al madero
se aferraron a las venas de los árboles 

¡Cuántos veranos fueron esperados!

El río más grande del mundo 
quedó en silencio
el río más grande del mundo 
se llevó la barca
se llevó tu voz
y mi cordura
se llevó el silencio de la ópera 
Rossini y la batuta del silencio vocal 
Rossini y el candelabro de Tucumán
Rossini y la nostalgia de Juaneco

La mujer hilandera de los bosques y yo corriendo 
de un lado a otro
ante la muchacha que yace bajo el torrente 
alud de angustias intestinas 

Cuando todo parecía consumado
cuando arreciaba el vacío 
atrapada entre el lodo y los escombros 
Evangelina tragó el mal tiempo
tragó la furia y la miseria consumista
de la banca vomitiva
tragó el barro el mal presagio 
tragó la cólera de las turbias aguas
Y la banca millonaria 
y la banca nauseabunda
no se conmueve de los andantes sin sosiego
no se conmueve de los niños sin respiro
no se conmueve del sobreviviente 
y su vientre acongojado 

Cuando todo parecía consumado
cuando todo parecía sin sentido 
Evangelina se levantó 

Èchose a andar
con los brazos perfilados de amor.

Carolina Fernández.





"La poesía es como transportarse en Lima día a día: un arduo trabajo no remunerado."
Miguel Ildefonso.

0 comentarios: