mayo 03, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments




MARTÍN ADÁN

Por Roger Santiváñez

Por supuesto que nunca lo conocí en persona, pero empecé a leerlo en la piurana biblioteca de mi papá en mi casa de Santa Isabel. Allí encontré –verano de 1973– "La casa de cartón" & la devoré rápidamente.

En una sobremesa se lo comenté a mi viejo & él me contestó que había coincidido con Martín Adán en su salón de Letras en San Marcos circa 1930 & agregó: "Es un gran poeta".

Esto lo comprobé inmensamente cuando –a los pocos días– encuentro en la libreria Studium de Piura, el increíble libro Vuelta a la otra margen. Allí pude leer & admirar & gozar –a mi regalado gusto– la poesía de Adán. En julio de ese mismo 1973 viajé a Lima por vacaciones. Entonces me conseguí la Obra Poética que en 1971 había lanzado el INC. Allí me pasé de vueltas porque comprendí que Martín Adán encarnaba al Poeta Maldito en nuestra tradición.

Entonces comenzó mi fantasía & búsqueda de Adán para encontrarlo en las calles de Lima, algún día. Cosa que –por supuesto– no sucedió jamás. Sin embargo –durante vacaciones de fin de año en Piura (yo estudiaba ya en San Marcos) en 1976– se me ocurrió rendirle una especie de homenaje & escribí el "Poema para Martín Adán" que poco después en mayo de 1977, Mario Montalbetti & Jorge Caillaux tuvieron la gentileza de publicar –a toda página– en el suplemento cultural de La Prensa –que ellos editaban– un día domingo como hoy.

Los domingos, Juan Mejía Baca –amigo mío por amistad que heredé de mi padre– visitaba al Poeta & le llevó el periódico con el poema a Martín Adán al asilo donde vivía recluido & después, una tarde en que fui a su librería en Huérfanos, como lo hacia a cada rato, Mejía Baca me dice: "Le llevé su poema a Martín & se lo mostré". "¿Y?" –le respondí. Don Juan me replica: "Lo leyó & tras unos segundos emitió un sonido, algo así como una mezcla entre mmmmm/grrrrrrr".

Para mí fue lo máximo esa nota, claro. Salí por Azángaro hasta la Colmena y llegué al Wony donde solitariamente me tomé una cerveza ya que nunca jamás hallé a Martín Adán en mis búsquedas callejeras, pero me quedó ese "mmmmmm / grrrrrrrr" suyo impreso en el alma & que aquí he recordado para ustedes. Siempre en poesía.


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