diciembre 19, 2018 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

Una conversación con Rodolfo Suito

"Las vivencias y las lecturas son el alimento necesario para la poesía"


Hace unos años publicaste tu primer libro Heredero del reino. Con la crítica que nos da mirarlo en retrospectiva, ¿qué opinión te merece aquella primera publicación?

Mi primer poemario lo escribí intentando encontrar respuestas a un tema que fue parte importante en mi vida, la búsqueda de Dios. El libro es como una despedida, incluso la primera parte se llama "Deicidio". Sin embargo, respecto a la técnica y a la calidad de los poemas, encontré luego de publicarlo, que había un largo camino por recorrer. Tuve conversaciones con personas que fueron bastante críticas, como por ejemplo Andrea Cabel, quién tuvo la paciencia de revisar conmigo el libro y tuvo la gentileza de ayudarme a entender que no todo se debe publicar, que debemos pulir los poemas dejando que descansen, para luego retomarlos y trabajarlos hasta quedar satisfechos con el resultado. Con Distancias he trabajado en ese sentido, y encuentro que me satisface el resultado final.

Es cierto, tras leerlo sentí una escalonada madurez y un vuelo distinto con las palabras.

Gracias, Sergio. También me han ayudado las lecturas como las de Watanabe, Pacheco, Vallejo, los releí con ojos de aprender, con el primero trabajé sobre todo los cierres, Vallejo siempre fue un gran referente y creo que Trilce me ha ayudado a soltar mucho más las palabras que me parece que antes se quedaban a medio camino. Trabajé mucho más las figuras, que antes me parecía innecesario hacerlo, porque creía que podía ser muy empalagoso; sin embargo, trabajar todo ello, me enseñó que el camino era interesante recorrerlo, y que me llevaba a lugares de satisfacción antes no alcanzados.

Cisneros decía que el poeta nace con el don pero uno tiene el deber de desarrollarlo. ¿Cómo alimentas al poeta que te habita?

Interesante lo del don, lo descubrí leyendo y escuchando a mi abuelo materno, luego todo lo que viví, o las cosas que quiero entender, las canalizo a través de la escritura, de la poesía. Creo que las vivencias más las lecturas son el alimento necesario para la poesía. Sobre todo las vivencias, las lecturas creo que me han ayudado a encontrar mi voz, son parte de esa mezcla que al final se forma como una amalgama.

¿La poesía en Ica goza de buena salud?

A juzgar por los recitales, por la producción poética, yo diría que sí; de hecho me ha sorprendido gratamente la producción de un grupo importante de poetas iqueños como por ejemplo: Helmut Jerí, Navale Quiroz y José de la Roca.

¿Porqué el título del libro: Distancias?

La poesía es para mí un trabajo de tratar de entender el mundo, la vida; recrear temas que me mueven o me movieron en algún momento. Mi vida está marcada por las distancias: físicas y espirituales, afectivas. La primera parte es mi distancia en el amor, lo escribo desde la distancia de amores viejos (o desamores) y la segunda parte es mi distancia con una persona fundamental en mi vida, mi padre. Es una suerte de homenaje a mi padre.

Quiero terminar esta corta entrevista dejándote una pregunta que le hicieron a Roberto Bolaño: ¿qué gesto en el rostro de tus lectores te gustaría que quedase tras leer tu libro?

Más que un gesto en el rostro, me gustaría que los lectores se internen en ese pequeño mundo; podría ser un gesto de complicidad como cuando uno se identifica con el escritor al menos en un poema o un verso.

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