mayo 31, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


CECILIA BUSTAMANTE.

Por Roger Santiváñez.

Desde que llegué a Lima -desde mi natal Piura- en 1975 me enteré de la existencia de esta poeta al ver sus libros donde Mejía Baca. Allí estaba -por ejemplo- "El nombre de las cosas" editado en 1970 por la entonces muy prestigiosa editorial Alfa de Montevideo. También podía verse "Nuevos poemas y Audiencia" con el que había ganado el Premio Nacional de Poesía en 1965.

Cecilia tenía vínculos familiares con la primera esposa de JM Arguedas: Celia Bustamante, quien con su hermana Alicia habían sido pioneras del arte moderno & la reivindicación del arte popular andino & el folklore peruano con la famosa "Peña Pancho Fierro" lugar de encuentro de lo mas avanzado de la intelectualidad nacional desde fines de los 1930s y todos los 1940s. Igualmente provenía del tronco familiar del poeta Enrique Bustamante y Ballivian -amigo de Valdelomar- y gran impulsor de la edición de literatura peruana a traves de su celebérrima Compañía de Impresiones y Publicidad (CIP) de enorme influencia en su época.

En 1977 leí con placer su libro "Amor en Lima" editado por Carlos Zúñiga Segura & su sello Ediciones Capulí. Emigrada a los Estados Unidos, fundó el Festival de Poesía del Otoño en Austin, Texas, al que tuvo la bondad de invitarme en 2003, siendo el último que alcanzo a organizar, antes de viajar a la Eternidad, esta magnífica & extraordinaria mujer, auténtica poeta, que hoy -en esta tardecita media triste- he recordado para ustedes. Siempre en poesía.


-Altas hojas: VIII

En el fondo de todas las cosas,
intermitente y sin descanso, está el corazón.
Aquí habitaron los hombres de todos los tiempos
Y su polvo ennnoblece los embriones de las plantas.
!Quién pudiera escuchar su palabra de fuego
en la noche oscura,
y cogerla ardiente y elevarla
sin que nos hiciera daño!

Ven, dame tu mano, el valor de tu mano
cuando mi ser agonice.
Retengámonos poderosamente,
como lo hacen los astros que coronan el espacio,
porque somos el oscuro equilibrio del tiempo,
la temible seguridad de los hemisferios de la tierra
y los seres que legarán nuestras entrañas.

Nuestras huellas gravitan en todos los misterios
y en nosotros todo se cumple,
Porque avecinamos estrellas y vientos
y nos abisma la magia de la Naturaleza.
Abandonados al silencio, habitamos antiguos huracanes
y los murmurantes secretos que rinden el corazón.

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mayo 30, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

BLANCA VARELA.

Por Roger Santiváñez

La primera vez que tomé contacto con la poesía de Blanca Varela ocurrió en mi querida & natal Piura. Fue en la librería Studium en el verano de 1973 -yo acababa de salir del colegio- donde encontré la hermosa edición del INC de "Valses & otras falsas confesiones" [1972] Allí leí estos versos que me impactaron: "no creo en nada de esta historia / y sin embargo cada mañana / invento el absurdo fulgor que me despierta".

Tiempo después -ya en Lima- me conseguí en Mejía Baca "Luz de día" publicado en 1963 que me encantó. Buscaba como loco "Es puerto existe" (1957) pero jamás pude hallarlo. Alcancé a hojearlo en la biblioteca de algún pata, en algún momento.

En 1978 formé parte- por un tiempo al inicio- del Comite Editor del sello ARYBALO. El libro con que se inició dicho sello fue "Canto villano" & recuerdo que Blanca demoraba en entregarnos el libro; luego nos enteramos que ella se lo había pasado a Westphalen & que necesitaba su visto bueno, antes de dar luz verde a su lanzamiento.

Solo una vez me tocó estar con la gran poeta. Fue en la galeria PRAXIS  de Barranco -circa 1986- durante la inauguración de una gran individual del pintor mexicano JL Cuevas.

Yo recordé una nota -aparecida en la legendaria revista AMARU (que dirigía Wesphalen a fines de los 70s/comienzos de los 70s) que Blanca había escrito sobre el afamado poeta gringo Robert Duncan. Recordaba una frase de ella: "La poesía es el único comentario que merece la existencia".

& se lo dije & Blanca -riéndose- me replicó cogiéndome el brazo: "Ay, las cosas que escribe una". & brindamos con el buen vino de aquella noche formidable que -en este instante- he recordado para ustedes en homenaje a nuestra querida & admirada poeta mayor.




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Alfonso Brezmes embiste

mayo 30, 2020 Sergio Gómez Reátegui 2 Comments


En el trabajo poético del escritor español Alfonso Brezmes puedes encontrar lo breve como un sello personal.
Lo que Borges practicó en los cuentos, ese empeño obsesivo de  colocar las palabras exactas para que nada empañe la vestimenta de lo escrito.
En la poesía de Alfonso la brevedad y la ironía son la punta de un iceberg bajo el transparente océano de sus palabras.
Sergio Gómez.



-NADA QUE DECLARAR

Yo, Alfonso Brezmes,
poeta sin poemas, hijo ilegítimo
de un pájaro y el viento, declaro,
aquí y donde haga falta,
sin cargos ni conciencia,
extranjero de mí mismo
y en plena posesión
de posesión ninguna,
que no tengo nada que declarar:
ni reloj, ni patria, ni bandera.

Mi identidad no es la que dicen
los documentos que me asignan
un único lugar en esta tierra,
y escondidas están las carreteras
que conducen, secretas, a mi casa.

Prófugo sin cárcel, un ángel con maletas
se empeña en conducirme
siempre hacia otra parte: allí
donde no hay nada que declarar,
salvo mi pasaporte falso
y este par de alas caducadas



-TU VIDA

Hay días
-son pocos, pero son-
en que desearías no haberte
levantado de la cama.

Esos días
son raros, pero existen-
en que abandonas las sábanas
con la extraña sensación
de que alguien, en alguna parte,
vive tu vida por ti.

Y, lo que es peor,
según todos los indicios,
se lo está pasando
bastante mejor que tú.


-VÍA MUERTA

Odio la punta de mi
lengua:
ese lugar extraño de mi cuerpo,
esa estación fantasma
a la que siempre
está a punto de llegar
esa otra lengua que no llega,
de la que siempre
está a punto de salir
ese poema genial
que siempre escribe otro.




-PERDIDO
Donde he perdido algo
camino con más cautela.
No sé si hallaré lo que busco,
pero ese lugar es como un templo:
en él existe lo posible.
Donde he perdido algo
lo perdido me llama
y algo de mí llama a lo perdido.
La cautela no es para encontrarnos:
la cautela es para no pisar
el sagrado lugar en donde habita
el oscuro animal de la esperanza.



-FE DE ERRATAS.

Pasé el corrector gramatical
y, lentamente,
desaparecí.




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mayo 29, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


GUSTAVO VALCÁRCEL.

Por Roger Santiváñez
Desde cuando empecé a escribir sabía de Gustavo Valcárcel por la difundida antología "Poesía revolucionaria del Perú" debida a Alfonso Molina a comienzos de los 70s.

Gustavo fue uno de los adalides máximos de la "poesía social" a fines de los 50s, pero ya desde antes había sido una de las figuras centrales del grupo "Poetas del Pueblo".Sin embargo el había empezado con "Confín del tiempo y de la rosa" (1948) de gran finura estética con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía.

A mí me gustó su "Poemas del destierro" (1956)  que me conseguí una tarde donde Mejía Baca, donde está el hermoso poema "Carta a Violeta" su gran compañera de toda la vida.

En 1980 asistí a la presentación de su poemario "Reflejos bajo el agua del sol pálido que alumbra a los muertos" aparecido en un número completo de la inolvidable revista "Haraui" del querido Paco Carrillo.

Yo estimé a Gustavo; aún cuando no pasé del atento saludo en las varias veces que estuve en su casa de San Eugenio, Lince, celebrando el primero de mayo & el santoyo de Rosina Valcarcel Carnero mi amiga querida & admirada poeta, hija suya. Era como un venerable tótem para mí & me conformaba con su venia & un salud! a la hora del brindis.

Pero me emocionaba su poema a Mariategui & toda la leyenda que rodeaba su intensa figura & trayectoria.Esa es la memoria que tengo de Gustavo Valcárcel & que aquí he escrito para ustedes. Siempre en poesía.

NUEVA CARTA A VIOLETA


TE amo rojamente porque eres el Perú
con todo que está delante de mi vida siempre.
Te amo en matrimonios sucesivos
y en cuartos y ciudades
donde yo nunca puedo llegar antes que tu alma.
Te amo en dos pies y en una lágrima
cuando piso las hojas caídas del domingo
con toda mi tristeza semanal.
Te amo con mi cadáver en remojo
junto al recuerdo feroz de nuestras sábanas.
Te amo gota a gota o en torrentes
y desemboco a toda hora en tus latidos.
Te amo en el perfil de ayer
y frente a frente hoy
en el cuerpo desnudo de tus años.
Te amo en cataratas de pétalos y notas
hecho un niño de pechos inmortales.
Te amo enfermo en San José de Costa Rica
donde cual toro en tempestad de espadas
me desangro de ti a borbotones.
Te amo y ya me voy
a beber lluvia de ti
echado sobre un montón de sueños.
Adiós, escúchame:
te amo rojamente porque eres el Perú con todo
y yo, hasta la muerte,
tu mejor patriota bajo el Sol.


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mayo 28, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

JULIA FERRER.

Por Roger Santiváñez

Esta maravillosa mujer -eventualmente- almorzaba en el "Queirolo" de Quilca & Amargura; allí la veía yo y -a veces- la acompañaba en su delicada mesa de poesía.

Yo tenía sus dos libros publicados: "Imágenes porque si" (1958) & "La olvidada lección de cosas olvidadas" (1966) & le preguntaba sobre el grupo surrealista de la generación del 50 en el Perú.

& Julia -con sus lentes verdes ahumados clásicos- sonreía & me contaba sobre las hazañas de aquella mancha salvaje que lideraba el poeta Rodolfo Milla.

En realidad yo ya conocía a Julia Ferrer -cuyo verdadero nombre era Julia del Solar Bardelli- desde los días del Wony a mediados de los 70s, pero yo era muy tímido & me limitaba a saludarla reverencialmente de lejos.

Mas bien departia yo con su hijo -el poeta Marcos Rivarola- asiduo diariamente al Wony. Julia Ferrer fue también pintora y actriz de teatro & de radio-teatro.

Mujer hermosa & dueña de tremendo talento, suave pero firme personalidad, era una luz al mediodía en ese "Queirolo" de mi bohemia en los 90s. Un día ya no estuvo mas en su mesa del primer salon, junto a la ventana: había volado al cielo de la poesía. Pero a mi me dejó su sonrisa, esa que he tratado de rememorar en este solitario post. Siempre en poesía.


DE UN POSIBLE BARROCO RETORNO*

Cuando de un posible
barroco retorno
resurja el arcángel de la media mampara
en tropiezo verbal (atropello)
de filigrana y garúa
cuando
quebrando espejos los vampiros
tú puedas evocar
lo que él
lo que yo
navegando en mis cisnes
sin aventura
engalopados
y nubes boquiabiertas de placer dormido
Yo
la de siempre
hasta el azul o la partida
resucitando a medias
con mi cariño a cuestas (carroña)
domingado y huraño


Porque
la vida no es de todos los días
es a ratos
no más
es
a como puedas

Lima, noviembre, 1979.

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mayo 27, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

ALEJANDRO ROMUALDO

Por Roger Santiváñez.

Conocí a Romualdo en casa del pintor Alfredo Ruiz Rosas, donde llegué conducido por su hija la poeta Dalmacia Ruiz Rosas, mi compañera de aquellos lindos días de la juventud que ya se fue para siempre.

Romualdo fue simpático conmigo, respondió a todas mis inquietudes acerca de la "Poesía social" movimiento que el lideró en la poesía peruana de la década de 1950.

Después recordé que -en el verano de 1984- una vez que mi amigo barranquino en los días del Movimiento Kloaka, Rafael Delucchi, que era íntimo de Romualdo, quiso presentármelo. & lo invitó a su casa en Barranco para que yo lo conociera. La palta fue que -cuando entraban por el estrecho pasadizo que llevaba a la sala de la casa de Rafael- mi amigo le comenta que yo llegaría pronto a la reunión, a lo que Romualdo dió un respingo & le espetó: "Ah no, con la marihuana, nada". & tomó el camino de regreso desapareciendo del sitio.

Sin embargo, otra vez que yo salía del depa de mi amigo el poeta Bruno Mendizabal, en San Felipe, tomé una combi para irme a Miraflores y me encontré a Romualdo allí en la combi. Hablamos bacan esa tarde. Sin paltas. Se mostro muy amable & conversador.

Em los 90s yo iba todas las tardes al Queirolo de Quilca. Una de esas tardes entré al bar, y en el segundo salón lo veo a Romualdo, sentado, solo en una mesa. Lo saludé al pasar y seguí al baño, pensando volver & sentarme a conversar con él un rato.

Pero oh sorpresa: cuando regresé del baño vi que la mesa -donde había estado el gran poeta del Canto coral a Tupac Amaru- estaba completamente vacía. Romualdo había volado, desapareciendo para siempre.

Digo para siempre porque nunca tuve ocasión de volverlo a ver. Sentí mucho su muerte,claro, un día como hoy hace 12 years, totalmente solo, abandonado & encerrado en su casa de San Isidro. Pero Alejandro Romualdo vive, permanece actual en nuestros corazones solitarios de estos dias confinados. Siempre en poesía.

CANTO CORAL A TÚPAC AMARU

QUE ES LA LIBERTAD


Lo harán volar con dinamita.
En masa, lo cargarán, lo arrastrarán.
A golpes le llenarán de pólvora la boca
Lo volarán:
…Y no podrán matarlo!

Lo pondrán de cabeza.
Arrancarán sus deseos, sus dientes y sus gritos,
Lo patearán a toda furia.
Luego lo sangrarán:
…Y no podrán matarlo!

Coronarán con sangre su cabeza;
sus pómulos, con golpes.
Y con clavos sus costillas.
 Le harán morder el polvo,
Lo golpearán:
…Y no podrán matarlo!

Le sacarán los sueños y los ojos,
Querrán descuartizarlo grito a grito.
Lo escupirán.
Y a golpes de matanza lo clavarán:
…Y no podrán matarlo!

 Lo podrán en el centro de la plaza,
boca arriba, mirando al infinito.
Le amarrarán los miembros.
A la mala tirarán:
…Y no podrán matarlo!

Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.

Querrán descuartizarlo, triturarlo,
mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.

Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.

Al tercer día de los sufrimientos,
cuando se crea todo consumado,
gritando ¡Libertad!
sobre la tierra ha de volver.

¡Y no podrán matarlo!




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Mario Florián

mayo 26, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


MARIO FLORIÁN.

Por Roger Santiváñez.

Me tocó conocer a Mario Florián, una vez en el taller de poesía de San Marcos, invitado por Marco e Hildebrando en esos bacanes días en que yo era asiduo.

Por supuesto que Mario -en un momento- nos leyó su lindo y archifamoso poema "Pastorala, pastorala, mas bella que la nieve en la mañana" de su libro "Urpi" con el que renovó -con gran dulzura & calidad- el indigenismo poético en el Perú.& que yo había leído con devoción en su Antología publicada por Casa de la Cultura hacia 1970.

El querido Mario era una persona sagaz, con chispa andina, a quien volví a ver a fines de los 70s, en los días de la tremenda huelga general del SUTEP que remeció los cimientos de la dictadura militar de Morales-Bernudez.

En esa época Mario Florián, leía en todos los mítines su rítmico poema "Al Sutep combativo" arrancando palmas revolucionarias a decenas de miles de maestros a lo largo y lo ancho del Perú.

En los 80s lo ví por última vez, una día que fuí a su casa de Pueblo Libre a entrevistarlo para el dominical de La Prensa donde yo colaboraba gracias a mi amigo Nilo Espinoza Haro. La pasamos muy bien esa tarde. Allí estaba el querido  "Cabeza de bala" como lo llamaban cariñosamente sus patas.

Mario Florián ocupa un lugar importante en el proceso de nuestra poesía en el siglo XX. Por eso he escrito -ahorita- este post en su homenaje. Siempre en poesía.


Pastorala

Pastorala.
Más hermosa que la luz de la nieve,
más que la luz del agua enamorada,
más que la luz danzando en los arco iris...
Pastorala.
Pastorala.
¿Qué labio de kukuli es más dulce,
qué lágrima de quena más mielada
que tu canto que cae como lluvia
pequeña, pequeñita, sobre flores?
Pastorala.
Pastorala.
¿Qué acento de trilla-taki tan sentido,
qué gozo de wifala tan directo
que muden en cenizas las entrañas,
como quema a mi pecho tu recuerdo?
Pastorala.
Pastorala.
Al gavilán le dije que te quiera,
y a zorro y a puma que amen tus ovejas.
Y puma y gavilán y zorro, desde
entonces, son palomas que te cercan.
Pastorala.
Pastorala.
Por mirar los jardines de tu manta,
por sostener el hilo de tu ovillo,
por oler las manzanas de tu cara,
por derretir tu olvido: ¡mis suspiros!
Pastorala.
Pastorala.
Por amansar tus ojos, tu sonrisa,
perdido entre la luz de tu manada,
está mi corazón en forma de alqo,
cuidándote, lamiéndote, llorándote...
Pastorala.
Pastorala.

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mayo 24, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

MARCHA FÚNEBRE POR CARLOS OLIVA.
Por Roger Santiváñez
Un 24 de enero de 1994 murió trágicamente el último poeta maldito de nuestra tradición: el increible Carlos Oliva.Había nacido en el Rimac en 1964 y formado parte de la célula rocanrolera que habitó -entre las avenidas Pizarro, Tarapacá & Próceres del populoso distrito con Edgar Barraza "Kilowatt" a la cabeza & los hermanos Ricardo y Raul Montañez. Estudió literatura en San Marcos, donde editó la revista de poesía  "ínsulas urbanas".

Increiblemente me tocó conocerlo en la puerta del bar Queirolo en la esquina de Amargura & Quilca hacia 1990 o 91 cuando acababa de fundar -con otros jóvenes poetas rebeldes- el grupo "Neón". El mismo Oliva me dió la noticia alborozado y lo respondí con un fuerte abrazo. Desde allí fuimos amigos, y cuando -en mi época del pastel- yo entraba al warike de La Placita en el Rimac a comprar, Oliva -que ya en esos momentos vivía alli- se adelantaba y dándome alcance gritaba: "Nadie se meta con el poeta / Al que se meta con el poeta le saco la conchesumadre". Nos fumabamos una tola & luego yo salía raudo entre manchitas de lumpen apostados en las esquinas nocturnas de ese infierno.

Allí vivía Carlos Oliva, en la calle, a pocas cuadras de su casa paterna. Sabido es que su familia se acercó -en la Navidad de 1993- para pedirle que abandonara el hueco y volviera al hogar tranquilamente y que no pasaba nada. Oliva aceptó & les dijo que esa noche regresaría. Pero no lo hizo. Y en enero, un 24, temprano en la mañana sucedió que fue arrastrado por la combi a la que le acababa de cobrar los 20 centavos por el trabajo de llenador que Oliva practicaba de día -en la encrucijada del Puente del Ejercito y el Mercado de Frutas, en la Av. Caqueta. De día hacía esta chamba y toda la noche integra alucinaba en el hueco.

Su clásica casaca de blue-jean se enredó en el espejo retrovisor mientras Oliva corría para cobrarle a la combi que ya se le escapaba. Fue arrastrado por la velocidad y tras caer al pavimento fue arrollado por varios carros que venían atras rampando ese fatídico amanecer urbano. Trágico final de un poeta que deseaba la muerte -como escribió en unos de sus poemas- publicado postumamente en la revista "Killka Blues" (de la que forme parte del Comite Editor por 1996). Carlos Oliva dejó un poemario inedito titulado "Lima o el largo camino de la desesperacion" que -gracias al empeño de Paolo de Lima (compañero suyo de los días de "Neón") & Miguel Lescano Tena salió a la luz bajo el sello de la Escuela de Arte Hispano-latinoamericana.

La poesía de Carlos Oliva -netamente urbana- es un canto de la juventud atribulada que deambulaba por las calles de Lima en los años de la violencia de la guerra interna, cuando todo parecia destruirse & caerse a pedazos, y en la sensibilidad crispada de un talentoso muchacho como Oliva, aparecía la visión de una utopía que solo la poesia podría tratar de desentrañar. Ahora mora en ese cielo, porque como escribió Menandro "Los amados por el cielo mueren jóvenes". Gloria eterna a su pura memoria.

"Escribo como un alucinado, tal vez esto se explique porque en cierta época de mi vida me sumergí en el desorden de los sentidos. Sin embargo, ese desorden tenía un orden interno que yo solamente sabía.

He vivido a la manera de los poetas malditos y no porque haya pretendido imitarlos sino porque ese fue mi destino. Es más aún, en la época que viví de esa manera sólo los conocía de nombre e incluso ahora no he podido leer toda la poesía de ellos.

El placer es el abismo por donde caen mis sentimientos. Al modo de Rimbaud me he entregado a los excesos, incluidos los de las drogas. He vivido buscando lo desconocido.

Cada vez que busco con desesperación una cosa que termino por encontrar comprendo que eso no basta. Entonces, preso de una fuerza extraña, busco otra cosa hasta conseguirla sabiendo de antemano que no me satisfacerá; es por ello que disfruto con el dolor y deseo la muerte."
Carlos Oliva.



Poemas.

LIMA I.

El arte de caminar por las calles
consiste en ver tus defectos
como versos aún no descubiertos en la noche
       yo voy más lejos que aquel poema extraviado
voy dibujando imágenes sin límites de velocidad
palabras como una rosa que enloquece al vacío
con esta percepción de ángel alucinado y febril Lima
         ¿De qué valen tus letreros luminosos?
si sólo consiguen efectos psicóticos
              tus semáforos
si sólo sirven para perturbarme
pero también tienes tu encanto
                              tus ascensores
sin embargo no subimos ni bajamos
pasamos solamente
           tus teléfonos malogrados
¿Dónde ciudad tragamonedas
iremos nosotros los desheredados de tu belleza?
tal vez a vomitar en el baño
             de alguna vieja cantina
y luego viajaremos en microbús
           percibiendo los hedores de tu herida
pero aún no nos espantamos
y sigo por estas calles donde aprendí
abrir mi corazón a la melancolía
abrir mi corazón como se abre la bragueta
y derramar mi amor como orines
                        sobre las esquinas.


Poema sin límites de velocidad

He visto una ciudad
una avenida
una calle inundada de cantos
De poemas sonando como bocinas de carros
Y autopistas sin guardias de tránsito
Poemas a 200 Km. P/H
Libres
........ raudos
.... .. ...... veloces por llegar
a los oídos del mundo

donde la ansiedad
........ la droga
........ y los atropellos
inventan colores siniestros.
Y en medio de todo
........ Yo con mi bocina
........ Yo con mi voz levantada
Entre tantos accidentes
Risueño
........ Ilusionado
....................... Y sin más palabras
Que estos versos sin frenos por las avenidas.


SOBRE LA MUERTE /

Sólo el que está muriendo puede vivir,
convertir la noche en perenne concierto,
recordando el recuerdo por el recuerdo,
sobre las hirsutas calles abrumadas de sombra,
con lento transitar que sugiera paciencia,
limpiando los olvidos del afecto, respirando
el tiempo que pasa, destruyendo la realidad
que a veces se disuelve o se rompe
como un jarrón de porcelana.
Y la realidad es una piedra en el desierto
con un hambre no saciado de tentación,
como un viento que desciende en la memoria,
bajo nube de magnolias o lienzos;
            sobre un bosque de melancolía,
entre flores silvestres que embellecen la hierba,
y las rocas donde brilla una hoguera cristalina;
            o sobre una playa sin nombre,
donde el laúd extiende sus cuerdas,
pentagrama de arena o de agua,
orilla dorada hasta la espuma de plata
que refresca los ojos enturbiándolos hasta el fondo.
Voy sobre un navío de recuerdos volcado por una ola
grave, colosal, inmensa.
Voy a morir, ríanse:
la muerte es, y trato de alcanzarla.



Tu tesoro, Carlos Oliva, es el amor que perdiste
en tus manos de navegante ebrio,
de náufrago sobre un tronco a la deriva,
de marino agotado de tanto nadar contra la corriente,
para llegar tenuemente hacia la resaca.
Mi poesía en sí no tiene nada que ver con la poesía:
es un clamor de condenado.
Es una protesta, pero esta protesta es principalmente
contra mí mismo.
El canto por el canto en sí no existe (ni siquiera en los pájaros).
El objeto de mi canto –lo que sea- es el de liberarme de mí mismo,
negarme a mí mismo, es decir salvarme a mí mismo.
De mi propia autodestrucción que está a punto de desintegrar mi vida.
Es una protesta contra mi condición humana, narcisista y sórdida y decadente.


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Pexuña de dragón/Julia Wong

mayo 23, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments





Parafraseando a los Redondos de Ricota estos poemas de Julia Wong son "como bombas pequeñitas".
La plaqueta Pexuña de Dragón publicada el 2018 por Andesgraund Ediciones (Chile) es altamente recomendable.
Aún no entiendo cómo se me pudo escapar esta lectura.


Pase y compruebe, parroquiano.





-Narben auf die Frucht

Me acuerdo de las primas blancas, con la nariz distinta a la nuestra 
Las primas como fruta y nosotras como flores sin olor 
Nosotras tan chatas en personalidad y discordia 
Nuestros moños amarrados con pili -milis obscenos 
Piezas de ajedrez talladas para una partida perezosa
Ellas en el tablero puestas con técnica,
Nosotros buscando la mordida jugosa
Me acuerdo de nuestras cabezas sin piojos 
las de ellas desgreñadas
Ellas eran fruta en la vitrina,
Ellas van primero.
Las manos de las primas son largas sedosas, muy bien cuidadas
Sobre todo blancas como un abanico con el fresco al abrirse
Nosotras teníamos pancitas de niños engreídos, muchos juguetes de plástico
Horquillas con piedritas baratas en el pelo. La técnica del abandono es una sorpresa que no termina.
Nos pelaban la fruta por miedo a las moscas salir de sus bocas,
aunque cerradas 
Llenas de abismo, pero de esperanza
Nosotras sabíamos nuestro futuro de niñas gordas
Por el color de los plátanos al atardecer
Por el hilo bordado en las letras de nuestros nombres en los mandiles 
Me corté muchas veces las manos con las tijeras rosadas y viento 
Me miraban cuando no era cuidadosa ni diestra con las fisuras 
de papel 
Y secretamente se alegraban cuando los cortes eran profundos 
y errados
Esbozaban una sonrisa tibia cuando sangraban mis heridas 
Tuve muchos accidentes
Algo en sus ojos apagados brillaba con mis cientos de tropiezos
Mamá trató de jugar su mejor papel
El de tía le quedó como sortija en el dedo que señala 
Pienso en mi madre como en animal farm. Las yeguas alegres, gritan y reclaman, los que observan, animales satisfechos en otoño,
Los hambrientos
Éramos casi una granja 
Con niños de tez muy diferente 
Al final mis primas ganaron todas las medallas 
Encontraron maridos de cabeza rapada y limpia con pasajes hasta las grietas de Armenia
A la luz de algún satélite
Nosotras fuimos amamantadas hasta el final de la noche 
Cuando la sed termina y el sol se muestra pordiosero
Pero después que mi madre cuidó de las niñas difíciles y flacas
No regresó por nosotros 
Algo de esas niñas la mantuvo enajenada lejos de sus propios 
niños fáciles y gordos.



-Después del duelo

Para Jimmy, el sobrino pequeño, el sobrino mayor 

Inmenso el limbo que tu pena no ocupa
Marcharte así tan de repente no ha sido ecuánime
Inmenso el vientre que te traga
En esta soledad de ti
En este cristal sanguíneo que nos llamó familia alguna vez
Luego se descompuso como un potaje olvidado en la nevera 
Amplia la reja por donde escapamos al buscarte
Amplia la geografía desde el estrecho de Bering 
África, Brasil, tambores guerreros
Amplia la boca que te nombra en la partida
Rabia de perro casi muerto
Sin dueño su cola 
O con dueño, iracundo, enojado
Sin voz para lamentarse ya no estarás más entre nosotros
Rabia y perros divorciados 
Soy la rabia y el perro se aleja solo husmeando 
Entre puertas y bisagras 
Preguntamos por ti 
Pero nadie sabe responder 
Inmenso el cielo que ya no será tu techo
Ese cielo se hizo carretera 
Al oriente 
Bandadas de pájaros negros cruzan la letanía 
Hasta el punto donde tu mujer dobla la ropa que dejaste
Soy tu tía en duelo 
Dicen que una tía no tiene derecho a estar triste 
Inmensa la palabra que no digo 
Todo el vigor que no caminaré para encontrarte 
La frase es más ancha que la carretera 
El cielo ya no te verá 
Inmensos se quedan frase y techo
Sin ti y no terminan.

-Barfuss

En Birmania gusta más el pecho plano
Los huesos femeniles limpian la postura 
Ante la adversidad caminan descalzas 
Mientras sus hombres 
Mueren en batallas repetidas.
Cada mañana miles 
Entonan cánticos a orillas de los ríos 
Enajenadas ofrendas 
De jazmines tercos se entregan
En el albor de cada órgano salvaje que bombea el corazón
No se cuentan los años de existencia
Solo el aguerrido afán de proteger la estirpe 
Aunque las antífonas imploran por paz
Estamos dispuestos a morir por el verde
¡Que el jade nos proteja!
No necesitamos zapatos 
Ni pechos grandes 
Sólo esta devoción nos embebe en la diaria esclavitud 
Tu reino en occidente nunca entendería esta plegaria.





Julia Wong (Chepén-Perú, 1965). Poeta, narradora y gestora cultural. Hija de padre chino y madre tusán. Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Lima (Perú) y de Literatura y Humanidades en la Pontificia Universidad Católica del Perú. También estudió Romanística en la Universidad de Stuttgart (Alemania). Obtuvo los Juegos Florales de la Universidad de Lima con Confesiones de mi tierra caliente. Se mudó a Macao con su padre, apoyándolo en organización de la Fundación Wong Yeng Kuan, la que fomenta la lectura y cultura a través de bibliotecas públicas. Coorganizó el Festival de Poesía en Chepén Chepén (entre 2010 y 2019). Ha sido curadora de dos exposiciones fotográficas sobre la migración China en Perú y México (en 2012 y 2017, respectivamente). Colabora con el proyecto Tusanaje y Chinaarte. Plataformas y espacios para artistas sino-peruanos, sino-latinos. Ha publicado Historia de una gorda (1992), Los últimos blues de Buddha (2002), La desmineralización de los árboles (2013), Un vaso de leche fría para el rapsoda (2014), Mongolia (2015), Tequilaprayers (2015) y Pessoa por Wong (2017), entre otros.

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mayo 23, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

JAVIER SOLOGUREN

Por Roger Santiváñez

Apenas si lo conocí un poquito a este joven de los 1940s cuando formaba collera en Santa Beatriz con Eielson, Varela & Salazar Bondy.

Una vez fuí con Oscar Malca a verlo -en mi auto- a la Agraria donde Sologuren era profesor, para entregarle los números de la revista "(Sic)". Nos recibió muy amable por unos minutos.

Luego me tocó compartir una mesa en 1980 -sobre la generación del 50- a la que asistí invitado por Miguel Gutierrez, en la Asociación Guadalupana de la Av. Alfonso Ugarte.

Pero yo admiraba su poesía desde que la había leído en su obra recopilada "Vida continua" (INC 1971) que me prestó estando en Piura todavía, mi amigo el poeta Sigfredo Burneo.

En los 90s lo encontré en una fiesta en casa de Lucho La Hoz en Barranco & Sologuren se sorprendió cuando tras saludarlo le recité: "Hallo la transparencia del aire en la sonrisa / que cae que va cayendo en la máquina corporea". Sonrió feliz el gran poeta esa noche de vino & alegría reunida. Ese poema -que es de su libro "Detenimientos" (1947) siempre me fascinó, igual que otro de sus textos "Toast" que es lindísimo.
& "Morir" tremendo & hermoso poema que merece estar en cualquier antología de poesía castellana. "Surcando el aire oscuro" es otro de sus libros con que me gustaba andar por calles & parques de Lima a fines de los 70s / comienzos de los 80s.

Un Salve! por Javier Sologuren, que está vivo & latente entre nosotros. Siempre en poesía.


Toast
La inquieta fronda rubia de tu pelo
hace de mí un raptor;
hace de mí un gorrión
la derramada taza de tu pelo.


La colina irisada de tu pecho
hace de mí un pintor;
hace de mí un alción
la levantada ola de tu pecho.


Rebaño tibio bajo el sol de tu cuerpo
hace de mí un pastor;
hace de mí un halcón
el apretado blanco de tu cuerpo.

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mayo 23, 2020 Sergio Gómez Reátegui 1 Comments

JUAN RIOS.
Por Roger Santiváñez

Este poeta es poco manyado actualmente. Una pena porque es un grande. Empezó con un libro escrito en francés "Malstrom (Invitation a l'assassinat)" en 1941.

Luchó en la guerra civil española al lado de La República. & tuvo gran fama como autor teatral durante los 1950s con singulares obras como "Los desesperados", "Ayar Manko" y "Medea".

Yo veía a Juan Ríos en los 80s en las magníficas reuniones habidas en casa del gran pintor peruano Alfredo Ruiz Rosas, uno de sus grandes amigos.

Una vez me dijo: "Cuando regresé al Perú pensé militar en el Partido Comunista, pero al conocer a sus dirigentes, me decepcioné de su escaso nivel intelectual, así que no lo hice". & es que -en realidad- este hombre -bajo de estatura- poseía una proverbial inteligencia & una simpatía a raudales que me brindaba amablemente cuando liquidábamos sendos vasos de whisky.

Después de esas rociadas reuniones jamás volví a ver al poeta Juan Ríos. Lo veía -de lejos- a veces, en el balcón de su casa, frente a la Bajada a los baños en Barranco.

En 1981 recogió una muestra de su abundante obra inédita en un volumen que tituló "Primera antología poética" & es es el hermoso legado que nos dejó. Salve Juan! Siempre en poesía.


ORFEO EN LOS INFIERNOS 
Semejante a aquél que en un velatorio, de
pronto,
comprende que es el muerto, y se olvida de sí mismo,
se adormece, trata de soñarse a sus espaldas,
así el hombre, cuando el amor, el lancinante amor
- el sol mordido por los perros del recuerdo -
quema los ojos enlutando las ausentes
lejanías,
así el hombre, digo, se transfigura amargo,
silencioso,
se hunde inefable en su soledad imprevista,
y cae en su inmóvil estatura hasta el secreto fondo de sus pasos.
Débil permanente, corazón pesado
por los años,
música ensimismada, alimento del tiempo,
terrible sabor de la ternura, ¿eres tú, Orfeo,
tú o tu sombra que de ningún cuerpo
proviene?
!Sí!, eres tú, sublime, fatal, en tu minuto
intenso, pero
construyendo tu morada de tierra en los
infiernos,
robándole al horizonte su áureo clima de
alondras extremadas!
Juan Ríos Reyes (Poeta peruano. 1914 - 1991)

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mayo 18, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


JOSÉ RUIZ ROSAS.

Por Roger Santiváñez


Una noche de 1977 me tocó conocer al poeta José Ruiz Rosas (presentado por su sobrina la poeta Dalmacia Ruiz Rosas) en el Haití de Miraflores. Luego nos fuimos hasta el Hotel Richmond en el centro donde se hospedaba & allí me obsequió el primer número de la revista "Ómnibus" que en Arequipa acababa de publicar su hijo Alonso con el poeta Oswaldo Chanove.

En 1981 cuando su hija María Teresa volvió de España, fuimos con ella a Arequipa & la pasamos maravillosamente en casa de Peperuiz, como era llamado cariñosamente por la gente de Arequipa, su tierra de adopción, ya que él era nacido en Lima.

En Arequipa realizó una intensa actividad: tuvo la librería "Trilce". Publicó las Ediciones de la Campana Catalina & fue director del Instituto Nacional de Cultura-filial de la Ciudad Blanca.

Don Peperuiz fue un gran señor & un auténtico poeta. La semana que estuve en su casa en abril de 1981 me sumergí en su extraordinaria biblioteca de poesía & leí -creo- todo lo que no había leído en mi vida.

En 1976 escribí -en La Prensa- sobre "La sola palabra", libro editado por la Editorial Ames, una de las pocas de poesía en aquel tiempo. José Ruiz Rosas era un ser humano fuera de serie: calmado, irónico, lúdico & comprometido con la poesía hasta los huesos.

Lo mantengo vivo en mi memoria, por eso he querido recordarlo aquí ahorita para ustedes. Siempre en poesía.


ASÍ ESCRIBO EL POEMA. Doy un paso,

duermo, sonrío, lloro en mis adentros,

mastico la ancha hiel de los instintos

puestos a galopar, protones lúdicos

flotando sus latentes emociones;

miro la luz, que es el mirar más último

antes de penetrar en cada arcano;

oigo no sé qué cosas en los cantos

de las aves por un momento libres

y se me empuña el corazón sabiendo

su final de cautivas o de víctimas;

aspiro el aire altísimo que baja

a decorar de oxígeno mis huesos;

llego, me voy, distante en todo tiempo

de la meta final que no he fijado;

pulso la hora intacta que ha parido

el otoño de un ramo, atrapo el claro

destello de unos ojos fraternales,

miro los flujos que soporta el mundo

por pasos con sus callos melancólicos,

torno, vuelvo a mirar y abro los ojos

como un insomne búho en medio día

y fijo las pupilas como el gato

que pretendiera caza de aeroplanos,

subo la cuesta, bajo, y subo, y bajo

y conservo el imán del pavimento;

llego, con mi codicia a manos llenas

a regalarle el sol a todo el mundo

y la sombra, la luna y los luceros

como si todo yo fuera raíces,

hojas y savia para estar callado

como un laboratorio del abrazo;

Así escribo el poema. Doy un paso.



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Alexander Sandman.

mayo 17, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


En esta ocasión presentamos para todos los seguidores de Bartleby una breve selección de poemas de Alexander Sandman.


-Y Ella responde.

CUANDO ESTÁS EN MÍ, todo me penetra

Tus ríos y tus montes y tus seres alados
y tus fieras rampantes se hunden contigo,
pues eres la llave de los misterios que contengo.

Soy el Cielo, el Mar y la Tierra.
Aves, sierpes y peces muerden mi carne
y beben de mi leche.

Mis fuentes conocen los Abismos del Alma.

He dicho a mi Esposo: "Tu sacerdocio alivia
el castigo y abre mis puertas clausuradas".

Soy el cántaro que guarda todas las cosas.





-Cursi (pero sentido) ditirambo en loor de la Patria.

¿Podrán nuestros comunes decires honrarte
en tu día, Patria de nuestros amores?
Numerosos e irresueltos ayes nacidos en remotos ayeres alimentan hoy nuestros desencontrados pareceres.

Inalcanzables sueños, conflictivos diálogos,
creemos poder manejarlos con sabrosos potajes 
y piedras lanzadas en nombre de iracundos 
e irrealizables reclamos.

Pero, ¡ay!, ¿qué hacer para derribar paredes, para no dejar la vida en destructivos altares?

Confiar en ti, contemplar con porfía tus atardeceres,
buscar tu escondido ser en sutiles saberes.

Serenarnos ante el pasado, templarnos ante el reto futuro,
no cejar ante el artero y mortal enemigo de
nuestros queridos seres.

¡Invocar tu nombre, en suma, para iluminar 
nuestros andares!




-En silencio esperando.

Siento tu ausencia
como nube oscura
que envuelve mis dias.

Como un atardecer
cuyos senderos
se cierran a mis pasos.

Como un lienzo vacío
que, mustio, desespera
por trazos y colores.

Como una mano
que, ardiendo en deseos,
permanece extendida 
en silencio esperando.


-Sobre la fugacidad de la luz.

Hoy leí uno de los libros de Jorge Luis Borges.
En travieso silencio, el primer tomo de sus
Obras Completas ha dirigido mi mano con certeza
hacia el estante en que me esperaba.

Broma fraguada por un conjunto de espejos,
que por azar el destino dio en llamarla Borges,
sus líneas, ora quieras, ora inquietas,
sus frases evocadoras, sus imágenes
de barrio y de plaza, de malevos y cuchilleros
cuando no de Tiempo y de Estrellas,
me han llevado a miles de millas de distancia,
donde nace el día y se acaba la esperanza,
por trivial, o -quizás- por innecesaria.

Gracias, insigne ciego, por tus engaños de palabras,
por tus prolongados suspiros de papel imposible.
Gracias, sobre todo, por permitirme olvidar 
el tiempo sin juego, aunque sea por un momento.
Un eterno momento de senderos que se bifurcan
en un jardín de fantasía.

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mayo 17, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

LA IMPORTANCIA DE JAVIER HERAUD EN EL CAMPO DE LA POESÍA.

Por Roger Santiváñez

CUANDO JAVIER HERAUD ESCRIBE -EN SU POEMA- "Entierro del verano" insertó en su obra póstuma "Estación Reunida" & fechado a fines del verano de 1961: "Abril es el mes más bello" está parafraseando el archifamoso "April is the cruelest month" [Abril es el mes más cruel"] de TS Eliot con el que inicia "La tierra baldía".

Más adelante -en el mismo poema- Heraud cita textualmente otro verso del poema de Eliot: "and drunk coffee and talked for an hour". & también en este poema Heraud escribe: " -Javier, Javier, no olvides tu gorra al salir, / cuida tu maleta, / fíjate bien al cruzar el tranvía." Es decir, practica un refrescante coloquialismo, & -con su trabajo en relación a Eliot- se convierte en el primer introductor del tono anglosajón en nuestra poesía. El "británico modo" del que ha hablado la crítica para referirse a la renovación del lenguaje poético operado por la generación del 60 -básicamente- por Luis Hernández, Antonio Cisneros, Mirko Lauer & Rodolfo Hinostroza.

Este es -en lineas generales- el tono que ha primado en la poesía peruana de los 60s & que es considerado canónico. Pues bien, fue el poeta Javier Heraud quien realizó el primer movimiento -en este sentido- en un momento tan temprano como 1961.

De manera que admiramos a Heraud, no solo por su legendaria acción heroica, sino por su tremenda contribución, en el plano estricto del lenguaje poético & su renovación en el Perú. Siempre en poesía.



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mayo 15, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments



Los poemas al igual que los registros fotográficos son parte de la memoria colectiva.
Muestran hechos , acontecimientos, realidades, y comportamientos humanos ante distintas situaciones.
El poeta hunde la pluma dentro de su tintero y nos deja estos retratos vivos y descarnados de una ciudad confundida entre sus miedos y sus pensamientos obsoletos.
Un ladrón acribillado, una prostituta retirada, son también hijos e hijas de nuestra sociedad.
Estos poemas que hoy comparto si bien muestran la resignación ante las derrotas y las tragedias de un pueblo de igual forma nos dan un ejemplo de la lucha heróica ante las catástrofes.
Esta es mi ciudad y sus enloquecidos habitantes con su notoria desesperación, estrechándote la mano.
SG.




Memoria

Cuando las autoridades
llegaron al pueblo
se inventaron toda suerte
de cuadros estadísticos
hubo de muertos buenos,
de muertos malos,
muertos por bala,
muertos por arma blanca,
muertos de miedo,
muertos de pena,
muertos enteros,
muertos por pedazos,
pero nadie registró
a los perros que
se perdieron aquellos días
nadie fue a reclamarlos
sin embargo
colgaban sus cuerpos
en postes
y de sus pescuezos yertos
letreros en tinta de sangre
rezando: "muerte a los soplones"
o "soldado carne de cañón"
el fiscal recogía en una bolsa y con escrúpulo
cada letrero
pero de los perros asesinados nada se decía
nadie sabía a qué hora eran arrancados de los postes
ni dónde terminaban
la comisión de la verdad no tiene tal registro
como si no se tratara de crímenes
almas cuadrúpedas
sin derechos constitucionales
a quienes solo los lloraron
sus huérfanos abandonados
o sus hembras que de tanta espera
cayeron fulminadas
o terminaron vagando
por calles y plazas
hasta perder la cordura.

Durante los años del conflicto armado
más difícil que ser peruano
fue ser un perro callejero.

Helmut Jerí Pabón



La Cantuta

Garúan las ánimas sobre una conciencia
sórdida y circular,
fratricida, tirano, bestial.
Sus detalles, eran diez,
terminaron bajo la tierra que los procreó,
grises, calcinados, imborrables.
Mancillaron lo vespertino
de sus deseos,
caminando en fila india,
tejieron fragmentos quejumbrosos
sobre los talones de una novela negra
que alguna vez los marcó.
Lágrimas humanas de hermanos míos.
Hoy persisten en la belleza
de nuestra flor nacional,
y en su impunidad, la culpa.

Katherine Estrada.





El malabarista 

En una esquina 
donde los autos se aglomeran 
un oxidado semáforo
le ha concedido unos instantes para su acto

He ahí tres puñales:
surcan el cielo 
danzan en el aire
y regresan a sus manos sin herirle

Tal es la hazaña
que la vislumbro emergiendo 
de mis más extravagantes sueños:
dormir como una piedra 
cantar sin desafinar

Veinte segundos
los cuchillos guardan su filo 
vuelven al amo apaciguados
para que él haga la venia 

Gracias buenas tardes 

Diez segundos
la deidad del tránsito ya se impacienta

No hay más tiempo sino
para apuñalar al orgullo 
y pedir una moneda.

Gloria Portugal
 



A una muchacha en la torre más alta del Sheraton.

En las ciudades los pájaros vuelan más altos,
agobiados por el movimiento sucio de los hombres.

Muchacha de la torre más alta del Sheraton,
pienso tu nombre como un graznido antiguo,
que ha inventado su cuenco en tu última garganta.

Ah, pequeña, desde allí arriba puedes ver 
tus pies sobre nosotros,
tus pies sobre las nubes de la ciudad
que no recuerda tu nombre.

No importa la palabra:
para mí eres toda de lluvia
y has caído infinitas veces 
en la hierba y las hortalizas.

Ahora eres lluvia, te digo.
Contigo habremos de engañar a la muerte.
Cae, si así lo quieres,
serás un sirimiri en la selva,
una llovizna lírica en Lima.

Responde a este verso, pequeña,
que la vida es toda y siempre 
respuesta.

Cae, si así lo quieres.
Yo pondré este papel 
con poesía
para contener tu empinada cuesta 
sobre nosotros.

Pero no olvides voltear, muchacha,
cuando nombren a la lluvia 
un lunes áspero
y no vaya a ser
que nos atrapen 
en la mentira.

María Belén Milla





Sobre el derecho al porno y a la vida o Crónica escrita por un pajero conmovido.



A Bree se le pudo perdonar

Ser mentirosa puerca idiota comunista

O derechista y achorada

Pero nunca una estrella del porno

Con el afán de darle respuesta a las preguntas

La verdad la razón la justicia el amor la libertad la vida

La iluminación puede encriptarse en una decisión

Como una actriz xxx de recorrido mundial

A la hora de la jubilación la realidad le retorna

Como los hijos regresando a la casa víctimas del bullying

Como los padres de familia del colegio de sus hijos

Imaginando un circo sexual en el trampolín inflable del patio trasero

Como un vecino fisgón que imagina el final de todas las cosas

Siempre en un rostro

Con los párpados maquillados y los labios bien abiertos

Esta es la historia de Bree Olson

Una vez estudiante de medicina y futura oncóloga o neurocirujana

Hoy ganadora de la mejor escena de sexo anal en el 2008

Y parte de una minoría segregada de la sociedad

A la que no la buscan activistas humanitarios

Ni ONGs defensoras de sus derechos

Y así siempre

Nos formamos juicios sobre lo que nos parece

Y nunca sobre lo que ha acontecido

Bebemos de la sangre de Cristo

Y no nos importa equivocarnos de arteria

Embarramos el borde de la vereda con la suela de los zapatos

Solo para mantener el blanco de nuestro suelo

Queremos siempre carne en la mesa

Y nos importa poco el dolor y la culpa con la que se llenan nuestras tripas

Anhelamos la belleza y las flores húmedas en la poesía

Y nos recorre el frío por la columna

Cuando escuchamos una definición escatológica

Bien puesta en un cuento para niños

Pugnamos por la dureza de un verso hecho de piedra

Pero nos aferramos a las flores hasta en el cementerio

Este es el sufrimiento de una mujer que le trajo placer a millones de personas

Sin siquiera haberlos tocado en su vida

Sin saber sus nombres ni haber capturado la expresión de sus orgasmos

Porque olvidamos siempre nuestra vocación de porno

Por ser el nuestro de un género no comercial o que nos deja pocos dividendos

Si fuera por nosotros filmaríamos hasta al perro

Pero preferimos distraernos

Y decirle que es nuestro mejor amigo

Porque de algo hay que llenar la vida

Que por más que coordinamos siempre morimos de a uno

Hay que aceptar la verdad

La hipocresía nunca desvía el destino

Pero siempre retrasa la vida

Bien lo sabe Bree

Madre ejemplar y amorosa esposa:

Dios nos la cuide siempre

Y la Virgen quiera guardarla en su gloria.

Eduardo Cabezudo.





REFLEXIONES AL PIE DE LA TUMBA DEL LOCO VICHARRA

Cuando veo tu nombre en los periódicos
pienso en la muerte, en la sorda muerte
que no sabe, que no oye, que no
escucha, que es como latón oxidado
a mis preguntas: Por qué no hubo
alguien que te diera una sonrisa,
en vez de recluirte abruptamente
en el Reformatorio, cuando habías
robado 15 libras de la bodega,
de tu barrio por palomillada,
por jugarle una pasada al destino;
el destino es como un viejo caficho
que nunca da la cara. Y así fuiste
perfectamente destruido en Maranga,
y allí, tampoco hubo nadie que
te hablara, porque los cancerberos
de todo Reformatorio, Cárcel, Asilo, Manicomio
son lo mismo: la enfermera antihumana
de Atrapados sin Salida-Pero tú
no eras Jack Nicholson interpretando
un papel, sino José Asunción Vicharra
Sánchez, un muchacho de la esquina,
al que ¿cómo recluyen? para hundirlo
más y más: De palomilla a Enemigo Público N° 1.
Ya el abandono posterior, la sociedad te dio la
espalda y no supiste sino alcoholizar tu
dolor, buscar una música entre la jerga del choro,
porque nadie quiso mirarte sino de soslayo,
murmurando basura, lumpen, ratero, asesino
y allí sí que todo fue irreversible;
después del primer disparo ya no hay
regreso posible, además, regreso ¿adónde?
si todos los corazones te fueron cerrados
si en cada recodo de tu vida, justo
en el momento en que necesitaste
una mano, nadie te la quiso dar,
por eso yo ahora te ofrezco la mía
aunque ya sea el reyno de la muerte
aunque quede tendida en el vacío
como la sensación final de este
canto de rebeldía.

Roger Santiváñez


Entre la umbría y la eternidad.
A Evangelina Chamorro

Cuando todo se muestra difícil y ojeroso 
Evangelina rememora las bondades de la floresta 
la luz de la luciérnaga es señal de no ser 
un bocado apetitoso para el hombre 
a bordo de un caballito de agua dulce 
resuena el tambor 
un barco ebrio

Evangelina parte con su madre por doquiera
porque la vida es un eterno viaje

Su canto de niña 
arribó a la capital como
arribó mamá en los cincuenta 

Evangelina y madre viajaron en el tiempo
el tiempo negado 
el tiempo revelado 
el tiempo cordillerano
tiempo del río Amazonas

El canto guaraní en la ópera de San Sebastián
el canto awajún en esta constelación
de estrellas humanas 

Cuántos días desolados
cuantos días en ayuno 
cuánto caminar hasta arribar al regazo de Lurín
cuánto transitar hasta fundar la Villa de 
Nueva Navarra
cuánto navegar hasta el Pacífico 
Tu testa y tu canto 
más allá del Cantar de los Cantares

Ayer Evangelina
atrapada en un verano que consume 
un verano que duele y constriñe
se debatía entre la umbría y la eternidad 
torrenciales lluvias flagelaron el respiro
flagelaron el aire de sus aguas

Cuando el peso del lodo la arrastraba
y yo perdía el aliento
sus dientes se aferraron al madero
se aferraron a las venas de los árboles 

¡Cuántos veranos fueron esperados!

El río más grande del mundo 
quedó en silencio
el río más grande del mundo 
se llevó la barca
se llevó tu voz
y mi cordura
se llevó el silencio de la ópera 
Rossini y la batuta del silencio vocal 
Rossini y el candelabro de Tucumán
Rossini y la nostalgia de Juaneco

La mujer hilandera de los bosques y yo corriendo 
de un lado a otro
ante la muchacha que yace bajo el torrente 
alud de angustias intestinas 

Cuando todo parecía consumado
cuando arreciaba el vacío 
atrapada entre el lodo y los escombros 
Evangelina tragó el mal tiempo
tragó la furia y la miseria consumista
de la banca vomitiva
tragó el barro el mal presagio 
tragó la cólera de las turbias aguas
Y la banca millonaria 
y la banca nauseabunda
no se conmueve de los andantes sin sosiego
no se conmueve de los niños sin respiro
no se conmueve del sobreviviente 
y su vientre acongojado 

Cuando todo parecía consumado
cuando todo parecía sin sentido 
Evangelina se levantó 

Èchose a andar
con los brazos perfilados de amor.

Carolina Fernández.





"La poesía es como transportarse en Lima día a día: un arduo trabajo no remunerado."
Miguel Ildefonso.

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