Renato Salas embiste

febrero 05, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


Compartimos una breve selección de poemas de  Renato Salas Peña  (Lima, 1971) de su primer libro Lima -Vitarte  publicado el año 2005.
Pase, la entrada es gratis.


Soy una mujer, se podría decir:
"estable emocionalmente" aunque 
tuve algunos desvaríos en mi juventud,
siempre gusté de ser la más pendejita
en el salón y por supuesto, en las fiestas,
lo de la poesía lo copié de una tal Ollé,
supongo que era una vieja de esas arrechas,
media hippie que de cuando 
en vez salen en la sección de los diarios 
que nadie lee, vaya encuentros tan 
agradables.
Mi primer enamorado al cual amé pero 
no respeté, la llegó a meter hasta 
la mitad, nada más, la otra mitad 
fue concluida por el que ahora es mi
ex-marido, padre de azucarada cruz
que cargo hoy.
Fuí popular en la katerba poética de 
los tiempos idos, como suelo llamarla.
Todos oliendo mi trasero y en alerta 
para cualquier desvarío que cometiera 
en alguna de las excéntricas borracheras
de las cuales estaba tan acostumbrada, 
que no sé, si un día habré llegado a perder 
el honor o lo habré llegado a ganar,
todo siempre es relativo, moda cojuda
de los 20s y 30s pero que te libra
de absurdas explicaciones.
Ahora cruzo de Vitarte a Lima para 
verme con -darling- como suelo llamarlo,
él es un público empleado en uno de
esos agotados edificios y 
me lleva a sus reuniones familiares,
polladas laborales y las quincenas y fines
de mes a un hostal con tele.
Y pensar que todo esto lo habría escrito 
si hubiera nacido mujer.




Palomino 

En la ciudad de Palomino
todos fracasaron
excepto los que 
huyeron a tierras 
bárbaras

Nacimos en un gran 
cementerio en 
fiesta perpetua

Nuestras casas eran 
pequeños ataúdes
donde nos hacinábamos
generación tras generación

Y todos se conocían
mantenían tratos amicales 
comerciales, de pugna
de violación o de matrimonio

En la ciudad 
se llegó a crear una raza

En la ciudad 
todo era motivo 
de carnaval, feria
fiesta, orgía, aquelarre:
se robaba luz de los postes 
del gobierno y
se bailaba, tomaba, fumaba
semanas de semanas
hasta que éramos 
expulsados del trabajo y
de allí se iniciaba la fiesta de verdad

La ciudad se peinaba 
raya al medio,
era y es la única 
ciudad peinada
ni Brooklyn, Montaparnasse
Berlín Río ni 
la Comuna de París
alguna vez 
fue tan elegante 

En la ciudad de Palomino 
sus grandes héroes 
te saludan o
se toman un trago
contigo, conversan
de sus penas de sus 
deudas, cuentan 
emocionados sus victorias 

Aquí nace un héroe 
cada tres años y
muere cada siete
estos son productos
de la generación espontánea

En la ciudad de Palomino
todos fracasaron
pero de una manera 
tan sencilla y aristocrática que 
da gusto que sea contada.



3
Los padres sobreviven gracias 
a las deudas 
adquiridas en el transcurso de
la sobrevivencia.
No se negará en ningún momento
que se hicieron de un departamento
al cual llenaron de muebles 
aparatos que pasan corriente y
de hijos.
Los hijos ocuparon la casa y
sobrevivieron de sus padres que 
sobrevivían de sus deudas.
Aunque los educaron en colegios 
particulares o fiscales las 
deudas ya se sentaban a la mesa
familiar también adeudada con 
el hambre.
Los nietos, última cadena del eslabón 
familiar fueron presentados como
ofrendas de la estupidez a los 
padres que se emocionaron ante
tanto tiempo transcurrido en
sobrevivencia y aceptaron 
coger nuevas deudas las 
cuales los mantienen vivos,
a ellos, a sus hijos y a sus nietos.
Y esto es una verdad que 
no se puede negar
y puede ser apreciada 
todo el trayecto 
Lima-Vitarte.



4
Cuando la casa cayó derruida por la pobreza
todo el barrio lloró y comentó 
la pérdida.
Los artefactos que pasan corriente 
explotaron, los muebles cayeron rendidos 
y las otras cosas que pululaban al 
interior fueron expropiadas por el gobierno.
Cuando la casa cayó derruida por la pobreza 
mi padre fue encarcelado
por criticar la política económica del 
régimen, mi madre llora la causa
paseando lentamente por el palacio
con un cartel que reza:
"Liberen a mi esposo"
Cuando la casa cayó derruida por la pobreza 
mi hermano fugó no se sabe a dónde
dejando esposa e hijos que 
murieron picados por las pulgas,
del otro hermano sólo se sabe 
que se sabe vivo aún.
Cuando la casa cayó derruida por la pobreza
yo estaba amándote en Vitarte,
como lo ven, bastante lejos de Lima,
y no me arrepiento.



Arte Poética

La poesía desborda por veredas
y no soy el de los que la recoge 
y acaricia amaneradamente, yo
la pateo, le meto cabe 
la estampo con torpes manos.

La poesía mira de costado me
es indiferente, ya no como el 
cisne aquel, hoy, simplemente
se arrincona en alguna sucia 
callejuela y espera que me 
tropiece con ella.




10

Si he de morir ha de ser ebrio
danzando desnudo
entre tus sueños.


0 comentarios: