junio 23, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


CARLOS OLIVA / El último poeta maldito.

Por Roger Santiváñez

ALTO, DELGADO, CON OJOS CASI AMARILLOS COMO TIGRES, inquieto en ru rock and roll el poeta Carlos Oliva se me presentó una tarde en la puerta del bar Queirolo en Amargura. & me obsequió un ejemplar de la revista que publicaba denominada "Ínsulas Urbanas".

Por esa época -comienzos de los 90s- había fundado el grupo NEÓN junto a otros jóvenes de lo que ha dado en llamarse la Generación del 90.

"Pacho" -como era llamado en el rico Rimac -su barrio- formó parte de la célula rock que -en cierto modo- lideraba el lengendario Edgar Barraza "Kilowatt" desde los albores de lo que sería el Rock Subterráneo del Perú.

Durante mi temporada en el infierno, cuando yo entraba al huarique del pastel para comprar, Carlos Oliva se adelantaba a recibirme & gritaba: "Nadie toca al poeta / al que toca al poeta lo mato / le saco la csm". Asi yo sorteaba el peligro de esa esquina & antes de abandonar el sitio me fumaba una tola con Oliva & nos despediamos. Mantuve una hermosa amistad con el poeta, quien ya se había ido a vivir al hueco.

De día trabajaba como llenador de combis en el populoso mercado de frutas en el Puente del Ejercito, asi fue como un día de enero de 1994, una combi se le escapaba sin pagarle & Oliva corrió tras ella, enredandosele la casaca en el espejo retrovisor. Magullado cayó a la pista e innumerables carros pasaron sobre su cuerpo herido.

Tras su muerte, su libro "Lima o el largo camino de la desesperación" salió con el sello de la Escuela de Arte Hispano-latinoamerican,al cuidado de Paolo de Lima & Miguel Lescano Tena.

El día de tomorrow el taller La Balanza inicia el volumen 3 de su ciclo Poesía Peruana Contemporánea sobre la generación del 90, de la cual Carlos Oliva es un señero representante: He allí la razón de este post en su memoria & homenaje. Siempre en poesía.

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