junio 07, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

 UN PAR DE VECES ME TOCÓ VER AL GRAN POETA LUIS HERNÁNDEZ.

Por Roger Santiváñez

La primera ocurrió en 1976 cuando el poeta Nicolas Yerovi -amigo mio- presentó su libro "Penetrándote" en el salón de actos del INC. Acudí con mi compañera de entonces la poeta Dalmacia Ruiz-Rosas.

Quien me lo presentó fue el poeta Luis La Hoz, amigo mío de entonces & con quien yo publicaba la revista "Auki" & de quien yo había conocido mucho de la leyenda del gran Lucho Hernández.

Hernández estaba vestido de una manera bastante llamativa: pantalón, camisa & saco de distintos colores lo que se completaba con su hirsuta & revuelta & ensortijada cabellera roja que volaba por los aires. Una sonrisa permanente en el rostro & un movimiento rítmico que llevaba con el cuello como si estuviera bailando rock.A su lado estaba Betty Adler, enfundada en altas botas & poseía también una frondosa cabellera de rulos casi rubios."Te presento a mi frazadita" me dice Hernandez tras darme la mano.

& desapareció en el tumulto de la gente allí reunida después de terminada la ceremonia de presentación del libro de Nico Yerovi. Yerovi -a la sazón- estaba en plena recopilación de la obra dispersa de Hernández en los famosos cuadernos ológrafos que regalaba a sus amigos e incluso a los policias de la esquina.

La segunda & última vez que lo ví fue también en salón de actos del INC. En esa época había un ciclo de Poesía Peruana Contemporanea & allí se presentó una noche Luis Hernández. Su presentador fue Jorge Salazar. Allí si estaba de punta en blanco totalmente vestido. & esa lectura fue una de las cosas mas maravillosas que me han ocurrido en toda mi vida.

Hernández derrochó gracia, talento, ingenio, humor & gran poesía que nos elevó a todos a la décima esfera de los cielos concéntricos (como dice Borges). Salimos flotando en las nubes, tocados por el genio entrañable de ese extraordinario ser humano tan especial que era el máximo poeta Luis Hernández. Poco después viajó a la Argentina donde falleció tragicamente en 1977.

Este post va dedicado a mi querida & admirada sobrina la actriz Eliana Vigil Icochea con quien ayer tuve una conversa bacan sobre el capo de "Vox Horrísona" Siempre en poesía.







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