Leopoldo Chariarse

mayo 06, 2020 Sergio Gómez Reátegui 1 Comments


Por Roger Santiváñez

HABÍA UNA VEZ UN LINDO RESTAURANTE En LA COLMENA -todo de lunas transparentes- llamado "Tivoli". Allí fue -donde una noche de 1975- me tocó conocer al poeta Leopoldo Chariarse, quien se encontraba de visita en Lima, tras más de 20 years de ausencia viviendo en Europa. Había vuelto para presentar su libro "La cena en el jardín" que recogia "Los ríos de la noche" publicado en 1952, más los "Sonetos de Spoletto" & propiamente el conjunto "La cena en el jardín" que daba título al volumen editado por el INC.

Había yo descubierto & amado la poesía de Chariarse en "Vuelta a la otra margen", & ya desde 1974 nos vacilaba -en Piura con Sigfredo Burneo- ese verso suyo que dice: "Y en tu oído que ya ha olvidado el sonido del mar / Qué es todo esto?". Esa noche en el "Tivoli" fue bacán & poco después fuimos con Armando Arteaga a verlo al recital que dio en el INC lleno de bote a bote presentando "La cena en el jardín:" con prólogo de Julio Ramón Ribeyro.

Allí le pedimos una colaboración para nuestra revista AUKI & el poeta muy amablemente nos confió un par de inéditos que extrajo de un gordo morral repleto de poemas. Salieron en el # 2 de AUKI en julio de 1975.

A comienzos de los 80 encontré una noche a Chariarse en el Haití de Miraflores & después nos fuimos al centro juntos en un colectivo por toda la Av. Arequipa. En un momento me dijo: Hay un verso de Vallejo que siempre me ha fascinado: "Ya nunca, ya jamás, ya para siempre". Estaba hospedado en el hotel La Casona del horazeriano Miguel Burga & al costado quedaba el "Wifala" así que nos metimos allí para un par de chelas con que cerrar la noche.

El gran poeta Leopoldo Chariarse vive en Alemania, desde hace mucho tiempo. Que llegue hasta allá mi abrazo grande, así como este post testimonial ahorita escrito en su homenaje. Siempre en poesía.



La Poesía

Tú que llenas el cielo de la memoria y los sueños
más allá del pensar y el sentir
que sonreías sin responder
porque tú eras la respuesta
doy testimonio de lo que fuiste en tu hora
propicia cuando animabas un cuerpo
y tu huella sangraba en castos sentidos
creciendo como dorada herida en la tarde
Dime
¿Fue menos que una palabra
quien volvió el aire irreparable
menos que sombra junto a tu imagen
lo que deshizo el tiempo en un grito?.




Demencia de la cordura

Si en verdad la locura es inocencia
pudiéramos del cielo ser mirados
con magnánimos ojos y clemencia
y por versos de amor ser perdonados
otros también con trágica impaciencia
prefieren el caer sacrificados
que aceptar en su ideal con indolencia
de tiranías hechos despiadados
y otros de su demencia hicieron arte
o el fracaso final de su cordura
hizo de su miseria el estandarte
mas yo no decidí por qué futura
senda el destino hacia ti me llevara
y perdido en tus ojos me olvidara




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