mayo 31, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments


CECILIA BUSTAMANTE.

Por Roger Santiváñez.

Desde que llegué a Lima -desde mi natal Piura- en 1975 me enteré de la existencia de esta poeta al ver sus libros donde Mejía Baca. Allí estaba -por ejemplo- "El nombre de las cosas" editado en 1970 por la entonces muy prestigiosa editorial Alfa de Montevideo. También podía verse "Nuevos poemas y Audiencia" con el que había ganado el Premio Nacional de Poesía en 1965.

Cecilia tenía vínculos familiares con la primera esposa de JM Arguedas: Celia Bustamante, quien con su hermana Alicia habían sido pioneras del arte moderno & la reivindicación del arte popular andino & el folklore peruano con la famosa "Peña Pancho Fierro" lugar de encuentro de lo mas avanzado de la intelectualidad nacional desde fines de los 1930s y todos los 1940s. Igualmente provenía del tronco familiar del poeta Enrique Bustamante y Ballivian -amigo de Valdelomar- y gran impulsor de la edición de literatura peruana a traves de su celebérrima Compañía de Impresiones y Publicidad (CIP) de enorme influencia en su época.

En 1977 leí con placer su libro "Amor en Lima" editado por Carlos Zúñiga Segura & su sello Ediciones Capulí. Emigrada a los Estados Unidos, fundó el Festival de Poesía del Otoño en Austin, Texas, al que tuvo la bondad de invitarme en 2003, siendo el último que alcanzo a organizar, antes de viajar a la Eternidad, esta magnífica & extraordinaria mujer, auténtica poeta, que hoy -en esta tardecita media triste- he recordado para ustedes. Siempre en poesía.


-Altas hojas: VIII

En el fondo de todas las cosas,
intermitente y sin descanso, está el corazón.
Aquí habitaron los hombres de todos los tiempos
Y su polvo ennnoblece los embriones de las plantas.
!Quién pudiera escuchar su palabra de fuego
en la noche oscura,
y cogerla ardiente y elevarla
sin que nos hiciera daño!

Ven, dame tu mano, el valor de tu mano
cuando mi ser agonice.
Retengámonos poderosamente,
como lo hacen los astros que coronan el espacio,
porque somos el oscuro equilibrio del tiempo,
la temible seguridad de los hemisferios de la tierra
y los seres que legarán nuestras entrañas.

Nuestras huellas gravitan en todos los misterios
y en nosotros todo se cumple,
Porque avecinamos estrellas y vientos
y nos abisma la magia de la Naturaleza.
Abandonados al silencio, habitamos antiguos huracanes
y los murmurantes secretos que rinden el corazón.

0 comentarios: