mayo 23, 2020 Sergio Gómez Reátegui 0 Comments

JAVIER SOLOGUREN

Por Roger Santiváñez

Apenas si lo conocí un poquito a este joven de los 1940s cuando formaba collera en Santa Beatriz con Eielson, Varela & Salazar Bondy.

Una vez fuí con Oscar Malca a verlo -en mi auto- a la Agraria donde Sologuren era profesor, para entregarle los números de la revista "(Sic)". Nos recibió muy amable por unos minutos.

Luego me tocó compartir una mesa en 1980 -sobre la generación del 50- a la que asistí invitado por Miguel Gutierrez, en la Asociación Guadalupana de la Av. Alfonso Ugarte.

Pero yo admiraba su poesía desde que la había leído en su obra recopilada "Vida continua" (INC 1971) que me prestó estando en Piura todavía, mi amigo el poeta Sigfredo Burneo.

En los 90s lo encontré en una fiesta en casa de Lucho La Hoz en Barranco & Sologuren se sorprendió cuando tras saludarlo le recité: "Hallo la transparencia del aire en la sonrisa / que cae que va cayendo en la máquina corporea". Sonrió feliz el gran poeta esa noche de vino & alegría reunida. Ese poema -que es de su libro "Detenimientos" (1947) siempre me fascinó, igual que otro de sus textos "Toast" que es lindísimo.
& "Morir" tremendo & hermoso poema que merece estar en cualquier antología de poesía castellana. "Surcando el aire oscuro" es otro de sus libros con que me gustaba andar por calles & parques de Lima a fines de los 70s / comienzos de los 80s.

Un Salve! por Javier Sologuren, que está vivo & latente entre nosotros. Siempre en poesía.


Toast
La inquieta fronda rubia de tu pelo
hace de mí un raptor;
hace de mí un gorrión
la derramada taza de tu pelo.


La colina irisada de tu pecho
hace de mí un pintor;
hace de mí un alción
la levantada ola de tu pecho.


Rebaño tibio bajo el sol de tu cuerpo
hace de mí un pastor;
hace de mí un halcón
el apretado blanco de tu cuerpo.

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